1. Encuentro

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Se paró en frente de aquella puerta que lideraba esa prisión en donde estaba segura que se encontraba el varón de toque dorado, por lo que algo insegura pero decidida se convirtió en oro y tomando las llaves que había robado, entreabrió la puerta y en su interior notó como la oscuridad reinaba, a lo que al no tener otra opción, abrió totalmente, vislumbrando como una sombra de levantaba del piso y una pupila dorada se veía, la cual se acercó a ella, causando que su corazón se acelerara al saber que no había estado mal.

Lo observó acercarse hasta tenerlo frente a frente y aunque quería abrazarlo, simplemente sonrió con felicidad y emoción...

"Midas, yo sabía que-"

Calló al sentir como aquel hombre la abrazaba con fuerza, a lo que simplemente soltó todo el aire que tenía en sus pulmones, dejó de ser de oro y respondió a ese gesto, permitiendose cerrar sus ojos para guardar ese momento en su memoria, al menos hasta después de unos segundos, cuando se separaron para verse...

-Midas...

-Es muy... -sonrió ligeramente- Estoy alegre de volver a verte...

-También estoy alegre de verte después de tanto tiempo... Te ves distinto...

-Solo unos cambios, tú no has cambiado nada

-Ha pasado mucho en este tiempo, pero sigo siendo la misma Marigold de siempre

-Lo veo... Pero aunque físicamente sea diferente, sigo siendo el mismo

-Te eché mucho de menos... -él iba a contestar pero ella lo impidió- Sin embargo, aunque me gustan los reencuentros, luego habrá tiempo, tenemos que escapar ya... No tardarán en encontrar muertos a sus hombres

-¿Los mataste?

-¿Qué se suponía que haría para llegar a ti?... ¿Darles abrazos?

-¿Los convertiste en oro?

-Sabes que ese no es mi estilo... -tomó una de sus dagas- Prefiero a estas nenas

-No has cambiado nada...

La mujer lo observó con una tierna sonrisa antes de que escucharan una clase de "cuerno" sonar, la cual hizo a la mujer dejar de sonreír...

-Ay no... Ya nos descubrieron

-¿Eso te preocupa?... -soltó una pequeña risa-.

-Midas, no es momento para tus egocentrismos, acabó de sacarte de una cárcel

-¿Podemos encargarnos de ellos?

-No es tan sencillo, ellos tienen un dios que lanza rayitos, vuela y no se que más, yo solo disparo y convierto cosas en oro

-Y ambos nos tenemos

-¿A qué te refieres?

-Dejate llevar

Dijo simplemente, antes de tomarla con su mano izquierda para apoyarla y cargarla en sus brazos mientras ella lo observaba un tanto, por no decir, DEMASIADO, confundida...

-Midas, ¿Qué harás?, ya están aquí

-No olvides que también soy un dios, no como ellos, pero tengo poderes y haber estado en el inframundo sirvió

-¿Qué?

-Solo agárrate fuerte... ¡Ahora!

Sin decir más, comenzó a moverse muy rápido entre aquel lugar, hasta alejarse de ahí, llevándolos a un lugar lejos del caos, donde finalmente se detuvo y miró como la mujer estaba muy aferrada a su cuello escondiendo su rostro en el pecho de él, a lo que el mismo soltó una pequeña risa...

Te encontré || FORTNITE FANFICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora