Te encontré || FORTNITE FANFIC

16. Afrodita.

Era muy temprano en la casa de la mujer de toque dorado, quién dormía tranquilamente hasta que escuchó como alguien tocaba la reja de su casa, cosa que la hizo despertar gracias al sueño ligero que poseía y sin asomarse previamente salió de su hogar caminó cojeando a la reja, hallando a la diosa del amor, cosa que la confundió bastante...

-Afrodita, ¿Qué haces aquí?... ¿Cómo sabes que aquí vivo?

-Buenos días, Marigold, para tu desgracia o fortuna, vivo a unos 100 metros de aquí y ayer en la noche te vi pasar con Midas, él te iba cargando, lo cual se me hizo raro, volé un poco, vi que entraron aquí y quise comprobarlo

-¿Y solo viniste a comprobar tus sospechas?

-Uy, lo lamento, creí que estarías despierta

-Creo que apenas van a ser las 7 de la mañana, ¿Por qué estaría despierta?

-Los dioses no dormimos

-Bueno, los humanos si, así que con tu permiso, quiero seguir descansando...

Se dio la vuelta e iba regresando al interior de su casa cuando de pronto un...

"¿MI HERMANO CAUSÓ TU COJERA?"

Gritado por la diosa la hizo regresar con la misma, sin notar como en el interior de la casa su semejante se había despertado al oír el grito pero en vez de salir, había preferido observar lo que sucedía desde la distancia por prudencia...

-¿Cómo sabes lo de Ares?... ¿Acaso tú mandaste a qué me matara?

-No, me desagradas pero no te mandé a matar, él fue a mi casa después de lo que te hizo

-¿Y para que fue contigo?...

-Quería causar mi molestia al decirme que tenías muchas agallas porque te deshiciste de todos sus guardias y que por ello comprendía que le gustaras a Midas

-¿A qué quieres llegar con todo esto?...

-A que también sé que mi hermano trató de seducirte y no te mentiré, yo no sé cómo, pero le pareces una mujer bastante atractiva

-No lo culpo, tiene buenos gustos

-Ash... —rodó los ojos con molestia— Como sea, basándome en ello, venía a proponerte algo

-No confío en los dioses y sus tratos

-Entiendo el trauma de tu gente y el tuyo al no querer creer en nosotros, pero no deberían de ser tan desconfiados, no todos los dioses somos malos y aunque yo no te agrade, sabes que no estoy del lado de mi padre

-¿Qué trato quieres hacer?

-Seduce a Ares

-¿Disculpa?... —su expresión de molestia aumentó— No puedo hacer eso

-No puedes... ¿O no quieres?...

-No puedo y no quiero... Además, ¿Por qué haría algo así?

-Piénsalo bien, si lo seduces podrías hacer que él se ponga del lado de ustedes y en contra de Zeus

-¿Y has pensado que si no lo logro o él se da cuenta que solo estoy fingiendo, abriré su furia en contra de los que amo?, ese es un riesgo que no estoy dispuesta a correr... Además no estoy sola para hacer algo así

-¿A qué te refieres?

-Hacer eso puede herir a Midas, no accederé a realizar alguna cosa que pueda lastimarlo

-Midas, Midas, Midas... Entiende que él no te ama

-Tú no conoces nada de él, de mi o de nosotros... —frunció aún más su ceño— Eres una diosa, pero no eres omnisciente, omnipotente, ni omnipresente...