Te encontré || FORTNITE FANFIC

29. Amenaza

El hombre de toque dorado se encontraba caminando por toda la casa en busca de su semejante, a quien no hallaba por ningún lugar, por lo que ya sin tener alguna opción en donde buscarla, salió hacia la pequeña estancia que tenían ahí, viendo como la misma estaba de pie mirando hacia la nada en el cielo, a lo que procurando no asustarla se acercó un poco, anunciando de esta manera su presencia...

-Mari... ¿Qué haces sola aquí afuera?... Te estaba buscando adentro

-¿Qué pasa?

-Nada... Solamente se me antojó un café de los que venden en las gasolineras, iba a ir por uno y te iba a preguntar si querías algo de ahí...

-No te preocupes... Estoy bien

-No has respondido a mi pregunta... —se acercó a ella y se colocó a su lado— ¿Todo en orden?...

-Si, solamente pensaba en que... Me preocupa nuestro futuro... ¿Qué pasará sí pese a la ayuda no ganamos?

-Todo va a salir bien... Te lo prometo

-¿Y si no?... —volteó a verlo— Sé que he tratado de actuar neutralmente a esto, pero la verdad es que tengo miedo...

-Yo también... —suspiró— Pero confío en que las cosas estarán a nuestro favor... Tienen que salir bien

Volteó a verla, notando la mirada preocupada que ella le dedicaba, por lo que giró un poco su cuerpo hacia su dirección, causando que la misma imitara aquella acción, quedando frente a frente...

-Tenemos miedo, pero cuando la incertidumbre llega...

-Solo queda confiar

-Así es... —dudando un poco, alzó su mano para acariciar la mejilla de la mujer— Confiemos

-M-Midas... —sus ojos se encontraban realmente abiertos por la sorpresa— Vamos a tener fe...

-Tenemos muchas cosas que hacer todavía... Y una historia que seguir, ¿No es así?

-S-Si... Es solo que no quiero volver a perderte

-Entonces no nos volvamos a perder

Dejaron que sus miradas dijeran todo aquello que no expresaban verbalmente e iniciaron a acercar sus rostros con lentitud a la par que sus ojos se cerraban, hasta que sintieron sus narices rozando...

Se dedicaron una última mirada antes de que sus labios se tocaran entre si, generando que ambos corazones sintieran como si todo se detuviera, quedando así por un instante y seguidamente separarse un poco para verse, momento en el cual ella no dudó en abrazarlo por el torso para volver a besarlo pero esta vez de una manera suave mientras él acunaba su rostro y con su otra mano la tomaba por detrás de la nuca...

Sentían mil emociones y sentimientos recorriendolos de pies a cabeza donde el tiempo no avanzaba como si les hiciera sentir que todo sería cada vez mejor, pero no por mucho, pues la realidad una vez más golpeó a su puerta en cuanto sintieron una "extraña presencia", donde él iba a separarse cuando sintió como la mujer lo empujaba con fuerza, haciéndolo caer...

-¿Mari?... —observó como sus ojos se encontraban negros— Oh no...

-¿Qué pasó, Midas?... —comenzó a reír un poco— ¿Qué esperabas?

-Tú... —se puso de pie— Marigold, regresa

-Aquí estoy

-No, no eres tú

-Claro que si

-No sé quién seas, pero vete... —volteó a su alrededor— Déjala en paz

-¿Así que no sabes quién soy?...