Debería de pegarme. Es decir, creo que me lo merezco.
Acabo de dejar tirado en medio de la calle a Zuko sin darme explicación alguna. Bueno, sí, pero fue una mentira y eso no cuenta. Noto la garganta cerrada, el corazón aplastado por la presión de la culpa y los ojos vidriosos. Me siento un monstruo, pero aún así, sigo corriendo, rezando para que Legolas se encuentre en el sitio donde lo dejé.
¿Por qué siempre me pasan estas cosas a mí? Antes mi vida era normal, yo era una niña más dentro de una sociedad completamente sencilla, haciendo lo mismo que el resto de mis compañeros. Aunque bueno, eso acabó hace tiempo y ya he pasado página pero... una cosa es eso y otra es que todo lo malo me tenga que pasar a mí. La suerte no parece sonreírme muy a menudo.
Mi labio inferior tiembla y siento que en cualquier momento las lágrimas van a salir disparadas, junto con mis fuerzas. Todo me tiembla, y me escuece la garganta por culpa de las lágrimas, y cuando llego al lugar indicado y veo a Legolas en el suelo, jugando con la arenilla del suelo, me quedo paralizada.
¿Realmente lo que estoy haciendo está bien? Es decir, lo de ocultarlo y... hacerlo sola. ¿Debería continuar?
- ___________. - escucho a Legolas, quien se levanta del suelo y camina hacia mí, con una mirada preocupada. - ¿Estás bien? - asiento solamente una vez, algo que seguramente expresó todo lo contrario pero, por suerte, el rubio parece comprenderlo porque, en vez de seguir presionándome, prefiere obviar el hecho de que le acabo de mentir y seguir con otra cosa. - ¿Has conseguido algo?
- No. - me sincero por fin, dejándome caer al suelo, apoyando mi espalda en la pared y masajeándome la cara. - Lo siento.
Estoy muy estresada, y me estoy obligando a no llorar delante de él, porque no hay confianza suficiente como para hacerlo y contarle mis problemas. ¡Lo conocí ayer mismo!
Ni siquiera entiendo cómo es posible que sea capaz de anteponer el bienestar del resto de la gente, o por ahora de Legolas, a mí. A Zuko... Tal vez he madurado demasiado, y estoy dispuesta a acabar con mi felicidad. ¿Así es acaso lo que se siente cuando tienes que elegir? Porque no me gusta.
Nada.
- Pero tranquilo. - añado, con nerviosismo. - Sólo más tiempo y...
- ¿Y qué tal si yo te ayudo? - me interrumpe, con seriedad. - Llevo aquí dos días. Puedo ser de ayuda si me dices qué necesitas.
- Lo sé. No es por nada en particular. - bueno, sí, pero no por él. - Es simplemente que aquí las cosas son distintas.
Se queda callado, mirándome sin hacer nada, y yo quiero escapar de aquí.
Legolas nunca fue muy hablador en los libros ni películas, pero ahora su silencio es atormentador para mí. ¿En qué estará pensando? ¿Será malo? No lo sé.
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Eternos {Zuko y Tú}
FanfictionSegunda parte de Lazos de Fuego Las cosas parecen ir bien; Zuko y yo estamos juntos, he vuelto al mundo de Avatar, soy feliz con mis nuevos amigos... No me puedo quejar de nada, es todo lo que quise siempre. Pero la eternidad no existe. Nada perman...