· V e i n t i t r e s ·

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- Entonces... ¿cuándo volveréis? - me pregunta Perry, interesado. 

- No lo sé. Primero tengo que saber que vamos a conseguirlo. No he probado aún. Tal vez, ni siquiera sea capaz de conseguirlo. - me encojo de hombros, mordiendo mi labio inferior, dudosa. - Pero si lo logramos hacer, quiero que os dirijáis ya al Templo de los Guerreros del Sol. Tenéis las indicaciones en un mapa de nuestro cuarto, os las daremos allí.

Vuelvo a mirar hacia los cuartos de baño, sintiendo una preocupación de nuevo al no ver ni rastro de Zuko. ¿Se encontrará bien? Tal vez le ha sentado mal algo que comimos. 

- Seguro que lo conseguís. - afirma con felicidad Perry, quien parece ser el único que me escucha. Porque bueno, cierto elfo parece en otro lugar. Al menos no va a aportar mucho en esta conversación.  - Ya lo hiciste una vez. ¿Qué diferencia hay? 

Frunzo el ceño.

Las otras veces, fue Yue y el consejo de espíritus quienes me llevaron, me trajeron e hicieron el trabajo. No yo. Así que claro que hay diferencia. Porque ahora no voy a dejar que ellos me lleven, sino que lo voy a hacer yo. Por mí misma. 

Relájate, ___________. Perry tiene razón, puedo hacerlo. 

Suelto un suspiro y trato de tranquilizarme. Tengo que confiar más en mí misma, como me dijo Yue la primera vez que descubrí mis poderes. Debo confiar en que soy capaz de hacerlo. Y claro que lo soy. 

Soy __________ __________, una terrícola que hace un año fue elegida entre trillones de millones de  billones de personas y seres de distintos Universos para acabar con una gran amenaza y ayudar al Avatar Aang. Que salvó a un mundo entero con sus propias manos. Una maestra agua, de sangre control y lo que sea que se traten los rayitos. 

Esa soy yo. 

Y no creo que poder volver a mi mundo sea un problema para mí. 

Claro que no. 

- Tienes razón. - digo, ofreciéndole una gran sonrisa. 

Los ánimos vuelven a invadirme. Las ganas de volver a casa, a mi antiguo hogar, son tales que incluso tengo que impedir soltar un chillido de alegría. 

Lo que sí, tengo miedo de presentarles a mis padres a Zuko. ¿Y si... y si lo incomodan? Los conozco a la perfección, sobre todo a mi hermano, y sus comentarios podrían hacer que no se sienta cómodo. Y no quiero eso. 

Además, el único lugar donde podremos dormir será en mi casa, y no hay sitio para él. Mis padres tampoco le dejarán dormir conmigo en mi cama. ¿Y si me estoy adelantando, y no es tan increíble como mi mente minutos atrás se había replanteado? 

No. Positivismo, _____________, va a ser genial. 

Si logro que pasemos, claro. 

- ¿Y Zuko? - pregunta Legolas, quien también parece preocupado por el maestro fuego. - Lleva media hora en el baño. 

Eternos {Zuko y Tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora