· V e i n t i c u a t r o ·

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Mientras Zuko revuelve en su bolsa de cuero en búsqueda del mapa que los llevará al Templo, yo me quedo observando todo el lugar

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Mientras Zuko revuelve en su bolsa de cuero en búsqueda del mapa que los llevará al Templo, yo me quedo observando todo el lugar. A continuación, cierro los ojos e inspiro profundamente. Lo primero de todo es relajarse, lo demás debería de ser una tontería. 

Espero que lo sea, al menos. 

Además, ahora que lo pienso, ¿cómo voy a poder llevarme conmigo también a Zuko? Jamás he ido por mí misma a otro Universo, así que menor es la posibilidad de llevarme a gente conmigo también. 

No, tengo que sacarme todas esas dudas cuanto antes. No me están ayudando en absoluto. 

Soy el puente entre Universos (o al menos eso me han dicho), así que no debería de haber ningún problema en ir a mi mundo. Como Aang hace para dirigirse al mundo espiritual. Aunque nunca llevó a alguien con él... 

¡Ya basta! 

Todo va a salir bien....

Todo va a salir bien...

- Aquí está. - informa Zuko, entregando en las manos del castaño el trozo de pergamino con la indicación exacta del Templo. - Asegúrate de no perderlo. Ya es mucho arriesgarse y dejaros el mapa. 

- ¿Está protegido, o algo? - pregunta Legolas, intrigado. 

Siempre con las ganas insaciables de saber más. 

- No. - le responde Zuko, colgando la bolsa en su hombro, listo para que nos vayamos. - Pero es un lugar sagrado. Sólo tres persona actualmente hemos ido allí. Probablemente tengáis problemas al llegar. 

- Simplemente decid que vais de nuestra parte, y ya estará. - añado, integrándome en la conversación. - Nos conocen. Sabrán que no sois una amenaza. 

Ambos asienten, guardando el mapa bien doblado de su mano. 

Zuko se acerca a mí, y parece notar mi mano temblar porque, de un segundo a otro, la cubre con la suya. El calor que desprende es tal que me aporta una confianza única, logrando que mis dudas desaparezcan, ahora sí, de golpe.

Lo vamos a conseguir. 

- Nosotros nos vamos ya. - dice el azabache, intercambiando una mirada conmigo antes de volver a dirigirse a nuestros nuevos amigos. - En tres días estaremos ya allí. 

- Pasároslo bien. - exclama Perry, antes de salir del cuarto junto con el rubio. - Y espero que sus padres no te coman, Zuko.

El nombrado traga duro, y me doy cuenta de lo nervioso que se encuentra ante la posibilidad de conocer a mi familia. Yo también lo estoy, pero tengo claro que no es por la misma razón. Sigue queriendo encajar, y aquí, en este universo, si tus padres no aceptan una relación, se acabó. 

Por suerte, tenemos a Ursa. Y bueno, mis padres van a amar tanto como yo amo a Zuko. Lo tengo claro. 

La puerta se cierra, y ese es nuestro billete de salida. 

Eternos {Zuko y Tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora