Hace una hora que se despertó. Tres días desde que salimos del puerto. Una semana desde que encontré a Legolas y hablé con Yue de nuevo. Tres meses desde que regresé a este universo. Un año desde que descubrí que había varios Universos y no nos encontrábamos solos.
Demasiadas cosas, me parece a mí.
- ¿Recuerdas tu nombre? - pregunta Zuko.
Estamos en el cuarto que le hemos asignado al nuevo miembro de esta aventura (¿lo puedo llamar así?), el cual se encuentra comiendo con lentitud los alimentos que le trajimos poco tiempo atrás. Debe de estar famélico, porque yo sinceramente lo estaría. Legolas se encuentra apoyado en el marco de la puerta, mirando al hombre con atención, amenazante. Por alguna razón, no parece tenerle mucha confianza al desconocido, a pesar de que no dice nada al respecto. Yo, entre tanto, me encuentro sentada en una silla al lado de Zuko, intentando hablar con la persona que tenemos delante. Al principio no quisimos presionarlo, dejándolo solo para que se hiciera a la idea de dónde se encuentra y que ha sobrevivido.
Sé que es mucha información, y si nosotros le atosigábamos a preguntas, lo estresaríamos.
- Sí. - murmura, sin mirar a Zuko.
Parece una guerra entre reyes, sinceramente. No sé quién es este chico, pero tengo claro que dinero tiene, y un título nobiliario alto también. ¿De dónde vendrá?
- Y... ¿cuál es, si puedo saber?
Noto cómo la paciencia del azabache se acaba con rapidez, pero sigue manteniendo la compostura como puede.
- Perry. - contesta, ahora elevando la vista y haciendo que el verde de sus ojos brille con intensidad, como si estuviera luchando contra el miel de Zuko. - ¿Y tú?
- Zuko. El Señor del Fuego Zuko. - responde, haciéndose escuchar. - Tranquilo, estás a salvo, tan pronto como volvamos a tierra pensaremos qué hacer. ¿De donde eres?
- De otro lugar. - dice, mirando a su alrededor. - Estaba en mi casa, pero tan pronto como abrí la puerta aparecí en otro lugar distinto. ¿Qué se supone que ha pasado? ¿Dónde estoy?
Siento mi corazón encogerse al ver el miedo en sus claros ojos. Está perdido, no sabe cómo volver, y por alguna razón, me siento culpable de ello.
- No te preocupes, Perry. Te prometo que vas a volver a tu hogar. Nosotros nos encargaremos de eso. - afirmo, ofreciéndole una compasiva sonrisa.
Él me mira, y también sonríe, para a continuación volver a mirar hacia la taza que sostiene entre sus manos y darle un sorbo al líquido que posee dentro, llenando un poco más su estómago.
- Te dejaremos hacerte a la idea. Puedes caminar con total libertad por el barco, y si tienes más hambre, siempre puedes ir a la cocina o preguntarle a alguien. - explica Zuko, levantándose de la silla y colocándose la ropa rojo vino que lleva encima. - Sino, puedes decirle a alguien que me busque y te atenderé sin problemas.
ESTÁS LEYENDO
Eternos {Zuko y Tú}
FanfictionSegunda parte de Lazos de Fuego Las cosas parecen ir bien; Zuko y yo estamos juntos, he vuelto al mundo de Avatar, soy feliz con mis nuevos amigos... No me puedo quejar de nada, es todo lo que quise siempre. Pero la eternidad no existe. Nada perman...