· Q u i n c e ·

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~~Vengo a molestar antes de continuar con la historia para avisar de un aviso muy importante: Este cap tiene escenas +18, así q si no son de su agrado será indicado el momento, vayan al cambio de tiempo casi al final del capítulo, les será indicado el momento importante para leer y así poder continuar con la historia

Muchas gracias ~~


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~~ATENCIÓN~~


"Castigo... te daré tu castigo... CASTIGO" 

Sus manos rozan mi sensible piel como su fueran plumas, mandando descargas a todo mi cuerpo. Revolucionándome. No puedo impedir morder mi labio inferior y echar la cabeza hacia atrás mientras los labios de mi maestro fuego trazan lenta y tortuosamente un camino hacia mi estómago, tomándose su tiempo, sin prisa. 

Con mis manos, agarro las sábanas de la cama y aprieto con la finalidad de no gemir por su lengua, la cual ahora se encuentra en mis muslos, mojando aún más mi cuerpo. Me siento en el paraíso, no lo puedo negar. 

- Princesa... no te contengas... 

Tranquilo, tampoco creo que lo pueda hacer por más tiempo. 

Siento cómo una de sus manos baila hacia mi pecho y, sin pensárselo dos veces, atrapa uno de mis senos con fuerza, haciendo que el primer gemido salga ahogado de mi boca. 

- Zuko... 

¡Un sueño! Bueno, mejor dicho, una pesadilla. 

Me levanto sobresaltada con los ojos como platos, sin saber muy bien donde me encuentro en un inicio. ¿Acaso no se me puede salir de la cabeza eso? Llevo desde que lo comentó con él en la cabeza, una y otra vez. Dios, además, el sueño que acabo de tener... Los colores aparecen en mi rostro, así que oculto la cara con las manos, avergonzada. ¿Cómo se me ocurre soñar tal cosa? Después de desear ser un poco más madura y centrarme en lo principal, me doy cuenta de que me encuentro de nuevo en nuestro cuarto del barco. Me sorprende al recordar que antes de quedarme dormida, me encontraba en la sala de reuniones, mandos... lo que fuera eso. 

Miro a mi alrededor para observar que me encuentro sola, así que, sin desear continuar durmiendo y también saber qué hora se supone que vivo, me levanto de la cama con lentitud, bostezando y estirándome. Entonces, la puerta que lleva a nuestro baño se abre de par en par y, sin poder impedirlo, mis ojos se clavan en Zuko.

Sin camiseta. Con una simple toalla blanca rodeando su cadera. 

O. Por. Dios. ¿Acaso hoy me quieren castigar o algo? Justamente después de lo que he tenido que pasar, va, y aparece él así. ¿Qué más? 

La definida tableta reluce al igual que el resto de su piel por las pequeñas gotas de agua que aún caen y resbalan por esta, mojando su torso desnudo. ¿Debería de apartar la mirada? Tal vez, pero ahora mismo, soy incapaz de hacerlo. Sus brazos están fornidos, con todos los músculos marcados y algunas venas también cuanto más me acerco a las grandes manos. Trago con complicación cuando las veo, al igual que cuando mi mirada choca contra la suya, con unos ojos brillantes que expresan deseo. 

Eternos {Zuko y Tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora