• V e i n t i d o s •

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Zuko

- Quiero casarme contigo.

Me quedo en blanco. Con la boca abierta y sin respirar.

¿He escuchado bien? ¿Acaba de decir que quiere... que quiere casarse conmigo?

Mi corazón parece volver a retomar el pulso, pero esta vez al doble de velocidad. O al triple si puedo decir. Porque creo que nada puede ser mejor que esto.

Pase lo que pase en un futuro, no se podrá comparar a lo que acabo de escuchar ahora. Bueno, al menos, creo que no.

Soy la persona más feliz del mundo.

Siento mis ojos comenzar a picar, se empañan mientras que mi mente vuelve a escuchar la calidez y delicadeza de sus palabras. Palabras que me hacen volar. Me llevan a otro lugar, a uno lejano donde sólo la felicidad existe. Porque la verdad, esto no podría ir mejor.

Intento deshacerme de las lágrimas, porque a pesar de ser de felicidad, no son necesarias. No me gusta llorar, lo odio, así que no voy a permitir que las gotas caigan. No, porque no es necesario.

Suelto un chillido de emoción y me acerco de una zancada a __________, envolviéndola entre mis brazos y levantándola del suelo. Le doy vueltas, los dos damos vueltas, riendo entre tanto, con el viento golpeándonos la cara y una sensación de vida rodeándonos. Rodea mi cintura con sus pequeñas piernas para agarrarse, mientras que sus manos se elevan al cielo mismo, y una sonrisa enorme mira al cielo.

Yo la observo, la estudio con delicadeza mientras voy descendiendo poco a poco las vueltas y acabamos por frenar finalmente.

- ¿Lo dices enserio? - le pregunto, con el corazón latiendo a mil por hora.

¿Por qué lo pregunto? No creo que me esté mintiendo. Lo dice enserio, claro que lo hace. Claro que quiere casarse finalmente conmigo. Por Angie, ¿puede acaso mejorar más el día de hoy?

- Por supuesto que lo digo enserio, Zuzu.

Mi corazón desea salir cuando escucho cómo su risueña y armoniosa voz pronuncia mi apodo con tanto amor. El que ambos compartimos con el otro. Y no sabe lo mucho que me gusta escucharlo salir de su boca.

Bueno, todo lo que dice me encanta, en realidad.

- ¿Sabes, acaso, lo que acabas de hacerme al decir eso? - cuestiono, cerrando los ojos mientras lleno mis pulmones de aire. Apoyo mi frente en la suya, intentando entre tanto relajar mi acelerado pulso. - ¿Lo mucho que llevo esperando poder escucharte decir eso, mi princesa?

Siento cómo asiente, siendo una leve carcajada lo siguiente que escucho.

- Yo también quiero casarme contigo. - añado, elevando el rostro para encontrarme con su enorme sonrisa.

Eternos {Zuko y Tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora