Envolvió con la cubierta de la cama las pertenencias que creyó necesaria y ya estaba armando un gran nudo cuando oyó unos pasos en la escalera. Tocó la puerta pronunciando su nombre con tal suavidad que de inmediato reconoció que la voz pertenecía a su hermana mayor. No contestó y continuó reforzando el nudo.
―Necesito que hablemos, Valentina. Lo que hayas oído no es verdad. Nuestra madre está estresada por el viaje, no es consciente de lo que dice...
Notó una falta de seguridad en el tono de su voz.
―¿Quieres abrir la puerta? ―Emma pareció haberse alejado, ya que ahora la oía con menos precisión―. Estaré aquí, cuando te sientas lista para hablar.
Valentina no cedió a su postura. Pese a que su hermana parecía estar dispuesta a ayudar, no podía continuar metiéndola en líos. Sabía que Adelaida estaba firme con su decisión, y no permitiría que nadie sobrepasara su autoridad. Esta decisión ponía en peligro todos sus planes a futuro incluyendo, su felicidad y libertad.
No transcurrió más de quince minutos cuando abrió la blanda puerta de pino. El chirrido alertó a Emma. Cuando se encontró frente a ella sosteniendo su bolsa, no le dio tiempo para indagar que ya se había escurrido por las escaleras.
―¿¡A dónde vas, Valentina!? ―gritó Emma, perdiendo el equilibrio.
Vagó por las calles húmedas buscando cualquier sitio donde pudiera estar a salvo y, esencialmente, encontrar las respuestas. No podía ignorar el último escándalo que aconteció en Richmonts, y la actitud de su madre ante el mismo. Ahora que le aborrecía más que a nadie, y que no temía en confesarlo, supo que era momento de hallar la verdad.
Considerando el testimonio de las autoridades junto con las pruebas que inculpaban a la criada, se preguntó: ¿Era posible que Anna Rowe fuera la asesina? No la detuvo el hecho de ser una ordinaria niña de once años. Debía resolver el crimen, y descubrir a su verdadero autor. Si, la mulata podría ser la principal sospechosa, principalmente, por el comportamiento que tuvo en dicho momento en el que se descubrió el cuerpo de la víctima, pero ¿sería tan torpe en dejar una evidencia tan importante como el hurto de una joya tan valiosa?
Caminó bajo la neblina descubriendo poco a poco la vida nocturna en la ciudad de Grassborg, como algunas situaciones que no solía ver en un pueblo tan devoto como Hemfield, sea desde mujeres de mala vida a jóvenes adultos entregados a los vicios.
En una sola ocasión vio al sereno rondando por la zona, estaba claro que padecía algún tipo de obstrucción a la vista y una renguera en la pierna izquierda; aunque, se percatara de su presencia, no hubiese conseguido detenerla, ya que ella transitaba con más presteza que el robusto anciano. Le pareció de pronto oír de él alguna que otra injuria, pero no se trataba más de sus intentos por correr a los perros de su camino.
―¡Vaya ciudad! ―observó, y retomó sus anteriores pensamientos―. Alguien tuvo que tenderle una trampa. La señora Rowe sabía algo de Adelaida todo este tiempo. ¿Por qué nunca se atrevió a acusarla? ¿Por qué esperó a ese día? ¡Ay, abuelita! ¿Quién ha sido? ¿Quién se beneficiaría con la muerte de una anciana inocente?
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Valentina [Bilogía Cenizas De Luna 1]
Historical FictionDurante el siglo XIX en el pueblo de Hemfield hubo un trágico suceso que cambió por completo la vida de la familia Hayward, en especial para la hija menor: Valentina. La muerte de su padre se convirtió en un enigma por resolver. A su corta edad Vale...