—Señorita Valentina... —exclamó Vincent, perplejo.
Valentina se echó en sus brazos en un frenesí de emociones. No era habitual en su relación tales demostraciones de afecto. Los sucesos de la noche anterior, y el mal sabor que le dejó su dialogo con el inspector Crawford la afectó demasiado. Necesitaba consuelo. Vincent correspondió a su abrazo, teniendo la delicadeza de no agobiarla con sus preguntas.
Después de una taza de té con miel, habló sobre la fuga de Adelaida, conteniendo para sí misma los comentarios sobre su recelo por el inspector Crawford. Su prometido tenía estima por el funcionario, se sabía que era amigo de la familia Blair y quien se habría encargado de traerlo al condado, no podía ser ella quien pusiera en duda el respeto que le tenía. Fue cauta, no mencionó que visitaría Winterstone, ni la carta de amenaza.
Él trató de calmarle con dulzura, y le invitó a quedarse esa tarde. Valentina no se sintió cómoda con su propuesta. Había un aire de complicidad y rechazo entre las criadas. Supo que tío Bernard reprobaría su estadía sin un chaperón de por medio, pero Vincent insistió y ella, reconociendo que no quería volver a ese gentío de oficiales vigilando cada paso que daba, terminó por aceptar.
Había olvidado lo mucho que disfrutaba las vistas de Hemfield en su máximo esplendor. La tranquilidad que emanaba en sus aires era algo que, sin duda, en ningún otro sitio podía sentir. Extrañaba su hogar. Poder recorrer la finca una vez más era un privilegio, y una visita al pasado. Contemplando la habitación pensó: Después de todo, Richmonts será un día mi hogar, mi pasado, mi presente y mi futuro, aquí es donde pertenezco.
Reconoció los pasos de Vincent en el pasillo. Desde el umbral la invitó a seguirlo. La finca había cambiado progresivamente desde que quedó en sus manos: empapelados con colores más vivos, adornos y cuadros por todo el inmueble. Hizo una leve pausa antes de abrir lo que antes Valentina conocía como el despacho de su padre. Sintió el frío recorrer de sus brazos hasta su cuello. Esa habitación le traía malos recuerdos, pero no permitió que le perturbaran.
Antes de entrar Blair tapó los ojos de su prometida, y entusiasmado exclamó:
—Estoy seguro que le encantará. No espíe. Bien, aquí vamos. ¿Lista? ya puede ver.
Lo que encontró frente a sus ojos la dejó extasiada, borrando cualquier ápice de aquellos recuerdos que le trastornaban. Vincent había transformado esa habitación desolada y triste en una maravillosa obra de arte. Unos ventanales dejaban entrar la luz solar que le daba vida a lo que fue ese sombrío lugar. Sería mucho mayor la iluminación de no ser por la inestabilidad del clima, aun así, no podía parar de contemplar su belleza. Era la enorme biblioteca la que abarcaba la mayor parte de la habitación y lo que captó toda su atención. Blair estaba orgulloso. Sabía bien el efecto que causaría en ella ver la transformación del lugar.
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Valentina [Bilogía Cenizas De Luna 1]
Historical FictionDurante el siglo XIX en el pueblo de Hemfield hubo un trágico suceso que cambió por completo la vida de la familia Hayward, en especial para la hija menor: Valentina. La muerte de su padre se convirtió en un enigma por resolver. A su corta edad Vale...