Las Hayward se preparaban para embarcarse rumbo a Stonepond. Gracias a las indicaciones del doctor McDowell dieron con la dirección del profesional que ayudaría a Elizabeth. Sería un largo viaje y un tratamiento que llevaría varios días lo que significaba que estarían al menos una semana fuera.
El cochero había llegado. Antes de partir Adelaida dejó sus recomendaciones y las habituales amenazas. Estaba tan intranquila como Emma por dejar la casa al cuidado de la hija menor, aunque, Fayth Square quedara a poco menos de unos metros y el señor Beaton se había ofrecido a echar un vistazo de vez en cuando, entre Adelaida y Valentina la confianza no existía. De no ser por la salud de Elizabeth lo hubiese pensado dos veces antes de dejarla al cuidado de la casa.
―Por poco casi olvido mis guantes ―Emma vio a su hermana esperándola en el umbral y agregó―: ¿Seguro que no quieres venir? Podríamos rentar un coche y conocer la ciudad de Wallace Leap mientras Elizabeth recibe su tratamiento.
―Segura, Emma. No te preocupes por mí, puedo cuidarme sola.
―¡De acuerdo! ―expresó, arreglándose bien los guantes―. Entonces, te veremos pronto. Trata de no ponerte en peligro, hermanita.
Valentina despidió a su familia desde la acera. Trató de no mostrar sentimiento alguno, la mínima sospecha haría que Adelaida se arrepintiera. Le concedió a la criada tomarse el resto del día. Esta recibió la noticia con agrado y le otorgó unos minutos de tranquilidad mientras aguardaba a su acompañante.
Tenía ciertas dudas. No solía confiar en rufianes, mucho menos en aquel muchacho que había traicionado su confianza, pero ¿Qué otra opción tenía? Ese collar tenía un valor especial para ella y no había otro que pudiera remplazarlo. Transcurrió la hora pactada. Sabía que no debía fiarse en Thomas. Los nervios estaban a punto de explotarle cuando oyó la campana.
―Espero que tenga una buena razón para...
Quedo alelada. La prisa le había hecho confundir al bandido con otra persona. Por fortuna, a Vincent no pareció afectarle sus palabras.
Se quitó el sombrero y dijo:
―¡Buenos días, señorita! ¿Se encuentra la señora Hayward en casa? Me urge hablar con ella.
―Mi madre salió de la ciudad esta mañana. ―Valentina escrutó el sobre que escondía en el bolsillo del saco―. Pero le puedo dejar su mensaje, si usted quiere.
―¡Es una lástima! Quería entregarlo yo mismo en persona, pero confió en que usted se lo hará llegar. Lo encontré en una de las habitaciones de Richmonts. No se preocupe, no lo he leído.
Examinó la carta en sus manos sin reparar en la presencia del caballero. Vincent carraspeó.
―Supe del compromiso de la señorita Emma. Sir Henry estaba muy animado esta madrugada. Es una lástima que me pierda la ceremonia.
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Valentina [Bilogía Cenizas De Luna 1]
Fiksi SejarahDurante el siglo XIX en el pueblo de Hemfield hubo un trágico suceso que cambió por completo la vida de la familia Hayward, en especial para la hija menor: Valentina. La muerte de su padre se convirtió en un enigma por resolver. A su corta edad Vale...