El primer día del mes de marzo recibió a Elizabeth en Fayth Square. No habían hablado desde la boda de su hermana mayor. Ahora que era ella una mujer casada no solía visitarle con frecuencia, casi siempre tenía cosas por hacer en su hogar o estaba acompañando a su suegra en Barworth, excepto por ese día. El principal tema de conversación fue su visita a Wallet Crescent. Elizabeth quería hablar con su madre al enterarse de la noticia. Según ella, notó a Adelaida con un aspecto bastante demacrado, hablaba con poca fuerza y desanimada. Valentina era escéptica a estas declaraciones. Si bien ahora con la difusión de la noticia Adelaida estaría en boca de toda la ciudad, no creía que pudiera afectarle.
—¡Ay! Pobre madre. Mañana le acompañaré al magistrado de nuevo. John dice que alguien ha estado incentivando al juez Grimmer, pero, ¡que desfachatez! ya ha pasado más de una década. ¿Por qué no pueden dejar la memoria de nuestro padre en paz?
Insólito. Hace unos meses juró oír de su misma boca haber visto cosas como William Hayward antes de morir. Supuso que Elizabeth no recordaría lo que había dicho en esos momentos donde su cabeza estaba tan desordenada.
—No sabes cuantas cartas me han llegado —continuó, indignada—. Este pueblo está lleno de gente malintencionada. Mi consuelo es tener a Lady Barlow de mi lado. Sabes, nos ha estado visitando a menudo. Además, nos invitó a cenar a Greystone Hills, pero como sabes a John no le gusta hacer nuevas amistades. Mucho menos viniendo de la esposa del nuevo candidato a parlamentario.
—A John no suele agradarle todo el mundo —comentó Valentina. Se puso tensa y volvió al tema que le preocupaba—. ¿Y qué es lo que piensas al respecto? ¿Qué crees que sucedió con nuestro padre esa noche?
Elizabeth se quedó inmóvil, negando con la cabeza y sin mirarle a los ojos dijo:
—¡Qué más da lo que yo piense, Valentina! Lo importante es que se ha cometido una injusticia con nuestra madre. ¡Pobre de ella!
—Seguro —suspiró, estirándose—. Adelaida es la única mártir en esta historia.
Elizabeth protestó ante su ironía. Ninguna habló. No estaba a gusto con su respuesta. Para Elizabeth su madre lo era todo, eso estaba claro, sin embargo, tenía que entender de una vez por todas que Valentina no compartía ese cariño. Adelaida había sido un obstáculo durante toda su vida, y ahora que tenía lo que merecía no tendría misericordia. Tomaron el té en silencio hasta que dieron las cuatro.
—Detesto que peleemos —expuso Elizabeth, antes de irse—. No quiero volver a Gretton con esta pena en mi corazón, sabiendo que, después de tanto tiempo sin ver a mi hermanita, reñimos como unas niñas. Va, mejor olvidemos este asunto. ¿Has tenido noticias del señor Blair?
—Ahora mismo suenas como él —bromeó.
—Conque han estado peleando ¿eh? Es normal. Ya se le pasará. Bueno a él sí, en ti lo dudo, eres demasiado orgullosa, Valentina Annie Hayward.
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Valentina [Bilogía Cenizas De Luna 1]
Ficción históricaDurante el siglo XIX en el pueblo de Hemfield hubo un trágico suceso que cambió por completo la vida de la familia Hayward, en especial para la hija menor: Valentina. La muerte de su padre se convirtió en un enigma por resolver. A su corta edad Vale...