El señor Beaton se preocupó cuando recibió la nota de su sobrina notificando que regresaría antes de lo previsto. Por supuesto que ella no dio indicios de su disputa con la hermana mayor. Eso le habría causado un disgusto. Prefirió hablar sobre ello en cuanto llegara a su hogar.
La ida tal como el regreso fue agotador. Para cuando estuvieron en el distrito de Coxwell ya tenía las piernas entumecidas por el viaje. La señora de Bernard Beaton recibió a su sobrina y el apuesto caballero que la acompañaba con entusiasmo. Quiso saber todo sobre él sin reparo alguno. Vincent, con benevolencia, solicitó una pronta entrevista con el señor Bernard Beaton.
No esperó mucho cuando el mismo se presentó alarmado por el ajetreo de los empleados. Bernard estaba desconcertado. Avistó a la muchacha con una simpática mueca de complicidad. Tía Edith que no comprendía su juego repitió las palabras de Vincent, lo que hizo irritar a su esposo. Él mismo escoltó al señor Blair a su despacho.
—Pediré que te preparen la tina, queridísima. Ven, siéntate. Tienes que contármelo todo, no omitas ni un solo detalle. ¿Qué tal ha sido el viaje? ¡Oh! ¿Estas cansada? Ah, perdona a esta vieja tonta. Es que, no puedo esperar para que me relates tu viaje. —Masajeando sus mejillas agregó en un aire de melancolía—: ¡Ay! Mírate. Ya eres toda una mujer. Me recuerdas a mi cuando tenía tu edad.
Valentina contó a su tía sobre sus paseos matutinos con Emma en Melville. Trató de no mostrar ningún sentimiento sobre ello. Después de todo no era mentira que había pasado buenos días hasta ese entonces. Tía Edith la escuchó con la excitación de un niño pequeño. Sabía bien que las intenciones de la buena señora eran saber más de Vincent Blair.
—Ah, fue tan amable en acompañarte. ¡Qué modales! ¡Qué soltura! Debes tenerle gran estima, ¿no es cierto?
Asintió ruborizada. Tía Edith le animó a seguir hablando sin perder el entusiasmo. Valentina continuó su relato, cautivando las emociones de su tía con el paseo que dio junto al señor Blair en Cambridge. En ese momento se preguntó qué opinión tendría su tío Bernard del compromiso. ¿Debió habérselo hecho saber antes de aceptar? ¿Compartiría él las mismas opiniones negativas que la hermana mayor de las Hayward? ¿O era ella única en su complejo modo de pensar?
Estas dudas la acompañaron durante un largo rato hasta que escrutó al señor Beaton estrechando la mano de Vincent en la salida de su despacho. La tía Edith se apresuró a interrogarle desde la sala.
—Entonces, ¿Tendremos el placer de que nos acompañe a cenar esta noche, señor Blair?
Vincent, acorralado, se acomodó la chaqueta.
—Me temo que no será posible esta noche, mi señora. Debo atender unos asuntos en la capital.
El señor Beaton que ya estaba enterado de esto asintió. Le dio unas palmadas al muchacho y le acercó el sombrero que sostenía el empleado.
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Valentina [Bilogía Cenizas De Luna 1]
Historical FictionDurante el siglo XIX en el pueblo de Hemfield hubo un trágico suceso que cambió por completo la vida de la familia Hayward, en especial para la hija menor: Valentina. La muerte de su padre se convirtió en un enigma por resolver. A su corta edad Vale...