Cuando fue a Fayth Square la recibió la señora de Maxwell Beaton, se veía bastante agotada, el niño Isaac le daba muchos problemas y le costaba habituarse a la nueva casa. Charlotte era una parlanchina, le tomó al menos media hora seguirle la corriente hasta que se dio cuenta que su primo no estaba en casa. No quiso hablar con la mujer de la desaparición de su hermana, si bien era parte de la familia, no confiaba en que supiera guardar el secreto.
Saliendo de la finca caminó hasta la industria de Drumer. El hedor le hacía picar la nariz, así que se tapó con el pañuelo hasta dar con el capataz. Esperó a su primo en la oficina. Desde la ventana pudo ver a los cientos de obreros trabajando en la manufactura de velas. Esta era una de las tantas fabricas que poseían los Beaton. Observó a una niña de cabellos rubios trabajando a la par de su madre, le recordaba a Elizabeth de pequeña, una niña preciosísima de rizos dorados. Pensó en Lily, los niños de Hovel Tales solían trabajar en las fábricas para subsistir. ¿Podría la pequeña haber trabajado en alguna industria del condado?
―Valentina, ¡Qué sorpresa! Siéntate. ―Maxwell se acomodó en el escritorio―, ¿sucedió algo con mis padres?
―No, querido primo ―dijo ella, abatida―, pero necesito tu apoyo. Es sobre Elizabeth, desapareció.
Escuchó la historia con atención, pasmado con la decisión de Elizabeth. Después de la fuga de Adelaida se sumaba otro escándalo más para la familia. Aunque a Valentina no le interesaba las habladurías del pueblo, temía que su hermana corriera peligro. Maxwell aseguró que hablaría con el inspector Crawford para que iniciara la búsqueda.
Maxwell insistió en que se quedara a cenar con ellos. El reloj marcaba las cuatro cuando tocaron la campana, la doncella anunció la visita del señor Blair. Se apresuró a llegar a la entrada antes que su primo hablará al respecto.
¾Lo siento por no dejarlo entrar, señor Blair. No es usted bienvenido en Fayth Square después de lo que hicieron usted y su familia con mi reputación.
¾He sido imprudente, le pido disculpas, señorita Hayward ―dijo Vincent, tímido―. Fui a Gretton, pero me han dicho que volvió a Grassborg y quería entregarle mi reporte. Me disculpo de nuevo, no me haga caso, buscaré al señor James. Ya tiene bastantes problemas por mi culpa.
Valentina echó un vistazo al comedor. Tomó su abrigo, cerró la puerta y bajó rápido las escaleras.
―Caminemos, ¿Qué es lo que ha encontrado?
―Bueno, como se lo había notificado antes, hice una investigación sobre cada miembro del club Goldfish. No he dado con ningún antecedente que nos acerque a nuestro sospechoso, todos están limpios.
―Vaya sorpresa ―expresó ella, irónica―, una comunidad de ricos y nobles sin ningún antecedente. ¿Cómo ha conseguido esos expedientes sin que el inspector Crawford sospeche?
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Valentina [Bilogía Cenizas De Luna 1]
Ficção HistóricaDurante el siglo XIX en el pueblo de Hemfield hubo un trágico suceso que cambió por completo la vida de la familia Hayward, en especial para la hija menor: Valentina. La muerte de su padre se convirtió en un enigma por resolver. A su corta edad Vale...