Provócame

•𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟺 𝟽•

Capítulo 47: Reencuentros inesperados.

Olivia.

El frío tono de voz de Jaden nos sobresaltó tanto a Spencer como a mí. La fuerza con la que apretaba mi muñeca fue disminuyendo, pero al instante Spencer volvió a apretar mi muñeca y se giró hacia Jaden.

- ¿Qué coño quieres? – preguntó Spencer.

- Primero, que la dejes en paz, ¿no te fue suficiente el tiempo que estuviste en el reformatorio que ahora quieres pasar un tiempito en la cárcel? – preguntó Jaden con firmeza.

- ¿Y a ti que cojones te importa lo que haga o deje de hacer con ella? – le respondió.

- Me importa mucho más de lo que a ti te tiene que interesar, no te lo vuelvo a repetir, suéltala. – repitió Jaden.

- ¿Qué piensas hacerme si no la dejo? Me interesa saberlo. – desafió Spencer con arrogancia.

- No quieras saberlo. – respondió.

- De verdad, me interesa. – siguió vacilando Spencer, el dolor en mi muñeca aumentaba según seguía aumentando la fuerza con la que apretaba.

- Spencer, suéltame, por favor. – le supliqué llorando.

- No me has dejado opción. – respondió Jaden, segundos después, Spencer estaba en el suelo.

El puño de Jaden impactó contra la mejilla de Spencer, lo cual provocó que se cayera hacia atrás.

Al caer Spencer, yo también caí debido a que me seguía teniendo agarrada. Lena me ayudó a levantarme mientras Jaden se tiró encima del cuerpo de Spencer.

Los puñetazos empezaron a volar, uno por aquí, otro por allá.

- ¡Jaden, para ya por favor! – le grité, pero me hizo caso omiso, estaba centrado en darle a Spencer su merecido.

Unos minutos después, la boca de Spencer sangraba y la ceja de Jaden estaba rota. Al ver que seguían en lo mismo, decidí meterme en medio y cogí a Jaden de la camiseta, pero de un momento a otro, noté como un puño impactó en mi cara, dicho puño provenía de Spencer que iba a darle de nuevo a Jaden.

- ¡Qué coño haces, puto animal! – gritó Lena al ver que me cogía la cara.

- Oli...Oli...Olivia, no iba para ti, de verdad. – intentó hablar Spencer.

- Ahora sí que me buscaste las cosquillas, hijo de puta. – habló Jaden.

Automáticamente, le cogí de la camiseta e impedí que volviera a enzarzarse con Spencer. Solté su camiseta y cogí su cara.

- Mírame, no merece la pena. Para, por favor. – le dije con lágrimas en los ojos.

- Que sea la última vez que te veo acercarte a ella, si hay una próxima, no me contendré. – advirtió Jaden y seguidamente se alejó de Spencer.

- Creo que tenemos que hablar. – le dije cuando ya estaba un poco más calmado.

- Primero tenemos que mirarte ese golpe. – dijo.

- No me duele, prefiero que hablemos. – dije.

Agarré su mano y entré junto a él en la casa, subimos hacia el piso de arriba para buscar un sitio dónde pudiéramos hablar en privado. En la segunda planta de la casa, encontramos lo que parecía ser una habitación vacía, solo tenía una cama y una mesilla de noche.