•𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟺𝟼•

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Capítulo 46: Déjame en paz.

Jaden.

El sonido del tono de llamada de mi teléfono me despertó de mi placentero sueño. Me extrañaba que sonase a estas horas.

Tras un rato intentando buscarlo en la oscuridad de mi habitación, logré localizarlo. El nombre de Olivia iluminaba la pantalla. Rápidamente lo cogí, los sollozos de Liv me hicieron incorporarme en la cama.

- ¿Liv? - le pregunté con cierta preocupación.

+ Ja-Jaden...

- ¿Liv, que ocurre?

Escucharla llorar me rompía por dentro, sus sollozos eran notorios.

+ Está aquí.

Al principio no entendía a quien se refería.

- ¿De quién me estás hablando?

+ Él, está aquí. En mi universidad.

Tras unos segundos procesando la información, caí en cuenta de a quien se refería. El hijo de puta que le había destrozado la vida, Spencer.

- Pequeña, tranquilízate, por favor, respira hondo. - intenté calmarla al notar de que le estaba dando un ataque de ansiedad.

- Venga, otra vez, inhala y exhala. - le ordené a lo que seguidamente escuché como inhalaba y exhalaba.

- Eso es, muy bien.

- ¿Estás mejor? - le pregunté preocupado a lo que ella me respondió un "sí" prácticamente inaudible.

- Llámame todas las veces que lo necesites, ¿vale? - le dije.

La llamada finalizo unos minutos después.

Desde que conocí a Olivia, había conocido lo que era la ansiedad. Cuando estábamos juntos, le solía dar algún que otro ataque estando conmigo, poco a poco había empezado a entender cómo ayudarla a controlarlos y a que pudiera relajarse.

Al principio, cuando empecé a vivir con Olivia los ataques de ansiedad, verla llorar de esa manera, que le faltara el aire y que sus manos y piernas le temblasen de una manera incontrolable, me mataba por dentro y más no saber cómo reaccionar ante ello.

La ansiedad es una cosa seria que debería ser tratada en la actualidad ya que entre los más jóvenes es dónde más se está dando y me daba la sensación de que no se le da la importancia necesaria.

***

Esa mañana no hice prácticamente nada, coloqué un poco la ropa que me quedaba en la maleta y salí a desayunar con mis compañeros de la residencia.

Por la tarde decidí llamar a Olivia por "Facetime "para preguntarle que tal estaba. Dos tonos fue lo que tardó en responderme.

+ ¿Sí? - vi su cara aparecer en mi pantalla.

- Hola Liv.

+ Oh, hola, Jay. - me respondió con ese mote que nunca había escuchado salir de otra boca que no fuera la de mi hermana.

- ¿Jay? - pregunté y seguidamente una carcajada salió de mi garganta.

+ Me lo ha pegado Lena. - respondió riéndose. Esa risa que me tenía completamente loco.

- ¿Qué tal estás? - le pregunté.

+ Mejor, gracias a ti pude controlarme. - me agradeció.

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