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Scaramouche presionaba los botones del control remoto en sus manos, observando como la gran pantalla frente a él daba a pasar los diferentes canales que seleccionaba

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Scaramouche presionaba los botones del control remoto en sus manos, observando como la gran pantalla frente a él daba a pasar los diferentes canales que seleccionaba. Había estado así por unos minutos, pues no lograba encontrar algo que pudiera bajar su aburrimiento al tener escasas actividades para realizar.

Podía salir y explorar la ciudad, pero hacerlo solo le resultaba tan aburrido y poco llamativo que optó por quedarse en casa, después de todo seguiría solo. Aquellos pensamientos hicieron que se sorprenda de él mismo, el realizar sus tareas y actividades al solitario era algo a lo cual estaba acostumbrado y era lo que prefería hacer.

Ahora al estar acostumbrado a estar rodeado de gente, más específicamente sus amigos, las cosas eran diferentes.

Justo en ese momento, en uno de los canales reproducidos, un anuncio con la portada de Kazuha en una de las revistas presentadas en este se mostró a la vista del índigo. Bufando molesto se desplomó sobre la cama soltando un largo suspiro.

Kazuha, Kazuha y Kazuha.

Era lo único que pasaba por su mente en las últimas semanas, era realmente insoportable y agobiante tener algo, mejor dicho a alguien en tu mente todo el día. Pensar en él mientras comía, salía, trabajaba, hacia algún que otro quehacer o cualquier cosa que estuviera mínimamente relacionada con él no era extraño, ¿no?

Sin darse cuenta, habían pasado 30 minutos como si fueran tan solo segundos, esa era otra de las cosas que Scaramouche había estado experimentando, el tiempo pasaba o extremadamente lento o extremadamente rápido. Era realmente molesto.

Tomando su móvil tirado a un costado de la cama reviso la hora, 8:32pm, debería de dejar de estar acostado como un inútil y levantarse para hacer su cena, pues su estómago rugía con la necesidad de saciar su hambre mientras estaba sumergido en sus pensamientos.

Alzándose de la cama de manera perezosa luego de apagar el televisor, fue directamente hacia la cocina. Pasando por corto pasillo del apartamento, pudo notar en la ventana que separaba el balcón del interior de la casa a un pequeño gatito negro reposado en el borde de esta.

Parecía dormir plácidamente disfrutando de la calefacción que contenía el edificio a comparación del frío exterior.

A kazuha le gustan los gatos, pensó... Joder.

Se sentía como un loquito obsesionado por alguien, simplemente decidió dejar aquellos pensamientos atrás y siguió su camino hacia la cocina.

Abriendo el refrigerador, fue sacando unos cuantos alimentos que combinaría para formar su cena, algo sencillo y rápido para luego ir a dormir.

Mientras cortaba la mitad de una lechuga, no lo pudo evitar pero un par de flashbacks del rito pasaron por su mente de forma repentina. Últimamente había estado pensando demasiado en lo que había pasado aquella noche, que hubiera pasado entre ambos si aquella niña llamada Yao Yao no aparecía en el momento menos indicado. Que hubiera pasado si ambos cortaban la torturosa distancia que habían mantenido por unos segundos, si hubieran podido sentirse el uno al otro.

ーCamera on¡ [Kazuscara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora