ーCamera on¡ [Kazuscara]

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ー Oh, ¡espera! no lo muevas mucho... un poco más inclinado estaría bien. Si, justo ahí.

ー Ayaka, me has estado moviendo demasiado. ¡Ya no aguanto más! ー Las piernas de Yoimiya flaquearon temblorosas, no viéndose muy capaz de seguir aguantando mucho más.

ー Solo un poco más arriba...

ー ¡Ayaka! ー Exclamó Yoimiya casi al lloriquear.

Yoimiya sentía que se iba a partir en dos si su cuerpo seguía siendo terriblemente estirado, intentando posicionar de la mejor forma un nuevo cuadro que ambas habían conseguido en sus compras de tarde para el nuevo apartamento temporal de Ayaka. Yoimiya estaba posicionada sobre una silla, sofocada por todas las indicaciones que recibía pues siempre que se movía, o lo hacía muy poco o demasiado.

Ayaka suspiro, tirandose de vuelta sobre el sofá detrás de ella, apoyando su cabeza sobre la palma de su mano. ー Debería buscar a alguien más para que me ayude con esto.

ー ¡Oye! ー Rechistó Yoimiya en respuesta, dejando el cuadro hacia un lado luego de bajar de la silla. ー No hay persona que aguante tus gustos tan específicos más que yo. ー Le recordó mientras se dirigía hacia Ayaka.

Alrededor de la casa, habían varias decoraciones esparcidas por todo el lugar sin orden alguno esperando por ser organizadas, Ayaka anteriormente se había tomado la molestia de contactar a una de sus amigas más cercanas para que le ayudase con tal tarea, pero sea al parecer que las cosas llevaban más a confusión y desorden.

Mientras que Yoimiya estaba conforme por cómo organizaba las cosas, Ayaka simplemente contradecía su decisión con la excusa de que no se notaba visualmente cómodo.

ー Si las cosas siguen así, tu casa seguirá desorganizada por el resto del día. ー Se quejó Yoimiya, tomando asiento al lado de Ayaka quien parecía haber caído en un cómodo descanso al juzgar por sus ojos pacíficamente cerrados. ー ¿Me estás escuchando...? ー Cuestionó Yoimiya sin recibir respuesta alguna, sabía que Ayaka no había estado durmiendo bien, pero tampoco era consiente de que su insomnio era tanto.

Frunciendo el ceño por un momento, Yoimiya se dejó caer directamente sobre las piernas de la Kamisato. ー ¡Que remedio! ー Vociferó, observando el como Ayaka por fin abría sus ojos con un sobresalto.

Tomándose un tiempo para ver a su amiga recostada cómodamente en sus piernas, Ayaka solo pudo reír bajo en respuesta. ー Veo que sigues siendo la misma chica despreocupada de siempre. ー Comentó antes de acariciar suavemente las suaves hebras rubias de Yoimiya.

ー Eres mi amiga desde hace años, claramente mi confianza hacia ti sobrepasa los límites.

ー Y espero que no demasiado... ー Una sonrisa tímida decorada con algo de nerviosismo se curvó en los rosados labios de Ayaka, haciendo memoria a lo ocurrido tiempo atrás.