Aelinor se encontraba cepillando su cabello, ahora con un vestido completamente negro, que Delilah le había ayudado a abrochar.
—¿Y qué opinas de eso, Delilah?—le preguntó a la sirviente mientras se miraba en el espejo y se cepillaba el lacio cabello castaño. La miró por un segundo.
—Princesa, no debería de tener una opinión respecto al príncipe—se negó con toda la educación y respeto posibles. Aelinor la miró y sonrió, acercándose más a ella. Se sentó en la cama frente a ella y palmeó el espacio vacío de ésta.—Ya sabe que no puedo sentarme en su cama, princesa.
—Sólo vamos a hablar un momento, Delilah. Yo soy la princesa y te estoy ordenando qué te sientes conmigo y me des tu opinión.—le sonrió divertida, sabiendo que la señora no podía decir más. Haciendo lo ordenado, se sentó frente a ella sin querer mirarla directamente a la cara.—Dime tu opinión, por favor.
—Princesa, yo...—la miró y la sonrisa calmante de la castaña la hizo saber que no habría problema—El príncipe Aemond es un joven muy atractivo, al igual que usted, por lo que creo que serian una de las parejas más bellas, y poderosa con los dragones qué ambos poseen.
Aelinor le sonrió y le tomó de la mano. De verdad apreciaban a todas las personas en el castillo y las valoraban, algo que su madre y padre les habían inculcado desde su nacimiento.
—Sí, es el príncipe más apuesto que haya visto—sonrió algo burlona y después suspiró—Pero tengo miedo de la reacción de Jacaerys. A veces nos presiona mucho a Luke y a mí; no quiero que me odien por esto.
—Princesa, una de las razones por las que el matrimonio entre usted y el príncipe es bueno es porque quieren evitar la guerra. El príncipe Jacaerys lo va a entender, es un buen niño, un buen hermano y un buen príncipe.—le dio un pequeño apretón de manos para calmarla, como siempre lo hacía desde que tenía tres años, por lo que ahora era una costumbre en la princesa también—Y el príncipe Lucerys lo va a aceptar porque usted quiere casarse con el príncipe Aemond. La van a entender, princesa, porque la quieren mucho.
Aelinor sonrió al escuchar aquello, teniendo por fin la calma necesaria. Suspiró y la miró, con agradecimiento y cariño notorios en su rostro. Le apretó la mano justo como ella lo hacía, causando una sonrisa en ambas.
—Gracias, Delilah.—se acercó a ella y le dio un fuerte abrazo, como cuando era más pequeña y lloraba frente a ella contándole como se sentía, porque creía que era la única que de verdad se preocupaba por ella después del fallecimiento de su padre y de Harwin Strong.—Eres libre de irte cuando quieras.
Delilah se puso de pie de inmediato. No quería irse de la habitación pero sí quería pararse de la cama, pues lo sentía como una falta de respeto gigante hacía la princesa y todos los demás en el castillo.
—Recuerda que aún esta pendiente el viaje en Vermithor qué te prometí hace cuatro años.—rieron levemente y Delilah negó de inmediato.
—Yo le tengo miedo a los dragones, princesa. Vermithor es majestuoso pero atemorizante.
—Es dulce y protector, Delilah.—la corrigió—Es cierto que es majestuoso pero solo es atemorizante cuando tiene que serlo.
Delilah iba a replicar a ello, cuando detrás de la puerta se escucharon tres golpes leves. Aelinor no pudo evitar la sonrisa al saber que muy probablemente se trataba de Aemond. La sirviente se acercó a la puerta y la abrió después de recibir el asentimiento de la castaña.
—Príncipe Aemond.—inclinó su cabeza y miro a la castaña para hacer lo mismo y después salir de sus aposentos.
—Puedes pasar.—le dijo la castaña y éste la observó, sin su trenza característica en el cabello, luciendo su cabello completamente suelto. Y recordaba haber pensado mil veces que no había forma en la qué la princesa fuera más hermosa, y se había equivocado. Definitivamente no había persona más majestuosa qué esa mujer.
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Aelinor Velaryon.
FanfictionAelinor Velaryon, la primera hija mujer de Rhaenyra Targaryen y Laenor Velaryon, pasa de la niña dulce y tierna a "la nueva delicia del reino", cosa que su tío Aemond Targaryen no pasa desapercibida. Pero, ¿qué es ese sentimiento que tienen desde n...