—Buena mañana, Joffrey—lo saludó su hermana con una sonrisa. El mencionado la miró con una sonrisa y después miró al del parche a su lado, quién no le sonrió de vuelta.—¿Dónde está madre?
—En el salón, junto a prácticamente todos, están esperándolos.—anunció. Aelinor miró a Aemond y éste le dio un pequeño asentimiento qué sólo ella fue capaz de notar.
—Gracias, príncipe Joff—le dijo con dulzura y le acarició el cabello—Cuando salga del salón, podemos ir a entrenar con tu dragón, si lo deseas.
—Sí, gracias.—sonrió y corrió por el pasillo, directamente con Elinda Massey, para continuar con sus estudios.
El príncipe Aemond y la princesa Aelinor salieron de la habitación sin dudarlo, caminando a un ritmo constante hacia el salón. Ya no se sentían tan preocupados por todo el asunto de su matrimonio y Aelinor se había mentalizado de que sus hermanos iban a entenderla, de igual forma no había manera de deshacer lo que había pasado y tampoco quería.
—Joffrey es bastante como tú—murmuró Aemond de repente, sonriendole. Aelinor lo miró y soltó una risita, para después acariciarle la mejilla con dulzura al verlo sonreír.
—¿Porqué lo dices?
—Siempre parece estar feliz, habla mucho y es muy... dulce—murmuró lo último, volviendo a su rostro inexpresivo. Aelinor sonrió y lo miró. El brillo qué se creaba en sus ojos cuando miraba a su, -ahora- esposo, nunca se iba a ir.
—¿Entonces crees que soy dulce?—preguntó sonriendo con burla y a la vez, dulzura. Podía sentir como se le apachurraba el corazón cada que escuchaba decirle algo lindo o dulce con esa gruesa voz.
—Sabes dulce—la miró con picardia y sonrió de la misma manera, dándole una mirada de arriba a abajo. Aelinor quiso evitar reír pero al final la rojez de sus mejillas la delató, recordando las veces que tenía al rubio con la cabeza hundida entre sus piernas.
Llegaron al salón y Sir Erryk anunció la llegada, para después escuchar a la princesa darle las gracias.
—Madre—la saludó su hija y se posicionó en la mesa.
—Su majestad—saludó Aemond con una leve inclinación de cabeza, posicionandose a un costado de su esposa. Daemon tenía sus dudas respecto a la presencia del de parche en el salón, y de que fuera capaz de escuchar los planes y las defensas con las que contaban, pero Rhaenyra le había convencido qué no iban a tener planes de guerra, sino de someterlos y obligarlos a su rendición.
—Ahora que están todos aquí,—comenzó la reina—Tenemos que discutir el plan. No vamos a herir a nadie para su rendición. Creo que lo mejor para nosotros y ellos es esa opción. Tenemos Vhagar,—miró a su jinete y asintió levemente—y a Vermithor, como los dragones más grandes con vida, sí cada uno cuida un costado de la fortaleza roja nadie podría escapar. Tenemos Caraxes y Meleys, siendo de los dragones más fuertes, que pueden posicionarse al frente de la fortaleza roja, para que nadie escape. Syrax y yo seremos los qué estemos al frente para discutir los términos, junto a Vermax y mi hijo, Jacaerys. Arrax, Tyraxes y Moondancer se encontrarán en la parte trasera de la fortaleza, vigilando qué nadie escape por el mar, en donde también estará la flota de la serpiente marina, como apoyo.
—La fortaleza roja y King's Landing estarán rodeados, tenemos más dragones qué ellos y los términos son buenos, serían unos idiotas si no los aceptan.—habló Daemon.—Eso debería terminar con esta farsa del rey Aegon.
—¿Qué opinan?—preguntó Rhaenyra, mirando a todos en el salón
—A mi me gusta la idea. Es algo pacífico para evitar la muerte de miles, pero les dejas claro a todos los siete reinos sobre tu poder y tus dragones.—habló Aelinor—Y sobre los términos, creo que es lo mejor que van a tener.
ESTÁS LEYENDO
Aelinor Velaryon.
FanfictionAelinor Velaryon, la primera hija mujer de Rhaenyra Targaryen y Laenor Velaryon, pasa de la niña dulce y tierna a "la nueva delicia del reino", cosa que su tío Aemond Targaryen no pasa desapercibida. Pero, ¿qué es ese sentimiento que tienen desde n...