Caminaron durante unas calles, tomados de la mano y observando a su alrededor todo lo que la ciudad tenia para ofrecerles.
- Lamento no tener auto para llevarte a un buen lugar - suspiró.
- No te preocupes - sonrió - Conozco un buen lugar, doblando por esa esquina.
- Esta bien, confió en tu buen gusto.
Llegaron a la cafetería, la cual mantenía una vibra un tanto vintage y, al mismo tiempo, un tanto hogareña. El olor a café y diferentes tipos de postres, impregnó sus fosas nasales, mientras que sus paredes pintadas en un tono grisáceo, les brindó la impresión de estar ingresando a una de esas cafeterías que fueron decoradas exclusivamente para una película.
- Bueno... parece bastante bueno - pronunció él, mirando alrededor.
- Tranquilo, no te decepcionará.
Ingresó primero, eligiendo una mesa un poco apartada. Él se sentó a su lado.
- ¿Qué haces? - lo miró sorprendida - Pensé que...
- Si me siento al frente de ti, no podré hacer esto... - se inclinó, besando suavemente sus labios.
Fue un beso corto y lleno de ternura, aunque suficiente para que sus mejillas se sonrojaran. Se apartaron, mirándose a los ojos y sonriendo.
- ¿Quieres comer algo? - preguntó él, mientras ella desvió sutilmente la mirada a sus labios - Ya se lo que quieres, pero primero tenemos que charlar.
- Ya - rio, volteando - Sólo pediré un pastelillo, ¿tu?
- Bien, yo sólo quiero unas galletas.
- ¿Sabes una pequeña curiosidad de este lugar? - él meneo la cabeza - Ya regreso.
Se puso de pie, caminando en dirección de la caja, para pedir la orden, la cual, fue ejecutada en cuestión de segundos, regresó con dos recipientes similares a los de Starbucks y una amplia sonrisa en su rostro.
- Puedes elegir el recipiente en el que te entregaran el café... me decidí por uno como este, espero que no te moleste... ya traerán la comida.
- El recipiente es lo de menos - sonrió, tomando su café - En realidad... el lugar y todo lo que venga, está de más...
- Bien - bebió un sorbo - Tú... dijiste que querías que dejara de ser una desconocida... escucho tus preguntas.
- ¿Quién eres? - murmuró.
- ¿He? - la tomó por sorpresa.
- ¿Quién es... Kagome Higurashi? Además de ser... la mujer más hermosa que vi en mucho tiempo.
- Wow - rio - Es una pregunta un poco profunda, ¿no crees? - él se encogió de hombros.
¿Quién soy?
Apretó un poco el agarre en su café, mientras buscaba las palabras justas para describirse.
- Bueno... supongo que Kagome Higurashi... es una chica normal - lo miró - Una que... quiere mejorar su vida... superar sus metas... ayudar a su familia - desvió su mirada al café - Una chica común, que quiere ser feliz.
- Dices que mi pregunta fue profunda, pero tu respuesta no se quedó atrás - sonrió, mientras ambos agradecían a la mujer que les había traído sus bocadillos - Cuéntame más.
- De acuerdo - le dio una mordida a su pastelillo de fresa - Decidí estudiar medicina en el mismo momento en que me di cuenta que amaba la vida - su mente comenzó a vagar hacia su infancia - Yo era la que curaba las heridas de mis amigos, ¿sabes? - rio - Cada pequeño raspón... cada pequeño golpe... en fin, no lo dude.
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Desconocida
RomanceUna dulce e inolvidable fragancia fue la encargada de grabar en su mente a aquella misteriosa desconocida. Los personajes no me pertenecen, le pertenecen a Rumiko Takahashi. Los personajes OC fueron creados para este fanfic. Esta historia es NO ofic...