Capítulo 57

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Abrió sus ojos al sentir el murmuro de las enfermeras que recorrían los pasillos. Miró la hora, eran las 06:45hs, lo que significaba que, en aproximadamente 15 minutos, irían a revisar la herida de Inuyasha. Se sentó en la cama y lo observó dormir.

Inicio del flashback.

- No te preocupes por mi, puedo dormir en aquella silla.

- Ni pensarlo... tú duermes aquí.

- Pero...

- Sin peros... hay suficiente espacio para los dos.

- El señor Taisho tenía razón - murmuró, sonriendo - Eres muy obstinado.

Fin del flashback.

Se puso de pie, estirándose. La noche había transcurrido en relativa calma, exceptuando el momento en el que los calmantes se habían terminado, provocando que el dolor se hiciera presente, dolor que lo acompañó lo que le quedó de tiempo, antes de dormir.

Llevó su mano y tomó la perla, rememorando todo lo vivido durante las últimas semanas.

Hay demasiadas cosas que no comprendo... ¿por qué sentí esas descargas luego de aquel sueño y ayer con Magatsuhi? ¿Realmente tratas de decirme algo o me estoy volviendo loca?

Apretó un poco más el agarre en el dije.

Yura... ¿habrá hablado con Bankotsu? Si es así, ¿Qué planeará hacerle?

- Sin contar que en una semana debemos regresar a las clases.

- ¿Siempre te preocupas desde temprano?

- Inuyasha - volteó, encontrándose con su sonrisa.

- ¿Estas bien? - se irguió - Pareces preocupada.

¿Qué hago? ¿Es el momento de decirle?

- Bueno... si, en realidad, estoy muy preocupada por muchas cosas.

- No me agrada ese tono... ven - señaló el costado de la cama, en donde ella se sentó - Sabes que puedes confiar en mi.

- Lo se, pero... no siento que sea el momento.

- Kag, si lo dices por esto - elevó levemente el brazo - Déjame decirte, que no es nada... si la bala me hubiera dado en la cabeza, entonces si no sería momento.

- No vuelvas... - cerró sus ojos - A decir eso - lo miró molesta.

- Sólo trato de hacerte entender de que te preocupas demasiado sin razón.

- ¿Sin razón? - cruzó sus brazos - Pues, lamento preocuparme, sin razón, después de todo los que nos han hecho.

- Oye no es necesario que te pongas así - frunció el ceño - Vaya forma de despertar - suspiró.

- Lo siento, de haber sabido esto, ni siquiera me hubiera quedado.

- Eres libre de irte, si lo deseas - sus miradas volvieron a encontrarse.

Ella se puso de pie, dándole la espalda y dirigiéndose hacía sus pertenencias, en dónde tomó su móvil, buscando distraerse. El cuerpo del peliplata se tensó ante su acción, después de todo, lo último que deseaba era que se marchara. Un incómodo silencio invadió el ambiente.

¿Qué estoy haciendo? Él no tiene la culpa de todo lo que sucede... estoy molesta con tantos problemas, pero... no puedo desquitarme con Inuyasha.

Pensó, luchando con el impulso de comenzar a llorar, sin embargo, no sabía como retomar la charla.

¿Qué demonios le sucede? ¡Keh! No comprendo porque no quiere confiar en mi... aunque... puedo notar que, sea lo que sea, que le sucede, es complejo... se nota en su mirada.

DesconocidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora