Capítulo 71

51 9 1
                                    

- Entonces, ¿están saliendo? - preguntó, bebiendo un sorbo de su cerveza.

- Así es. - sonrió, imitando su acción. - ¿Puedes creerlo?

- ¿Qué te traes entre manos? - entrecerró sus ojos.

- ¿A que te refieres?

- Miroku... te conozco... tú no te enamoras de la nada.

- Inuyasha. - cerró sus ojos, esbozando una sonrisa. - No te pongas celoso, aún tendré tiempo para ti.

- ¡Keh! - desvió la mirada. - No me refiero a eso, idiota.

- Lo se. - rio. - ¿Cómo te lo explico, amigo? Lo que me sucede con Sango es... extraño.

- ¿Extraño por qué jamás lo sentiste?

- Eso mismo... sabía que eras inteligente, mi querido cabecita blanca. - alborotó su cabello.

- ¡Ya déjate de juegos! - quitó su mano de encima. - Sólo asegúrate de no lastimarla.

- No lo haré, ¿por qué no confías en mi?

- Te he visto coquetear con demasiadas mujeres como para creer que te hayas enamorado de la nada.

- Inuyasha. - puso sus ojos en blanco. - No fue de la nada... comenzamos a salir juntos, me gustó su personalidad, me... sentí cómodo a su lado y, poco a poco le fui tomando cariño.

- ¿Ya tuvieron sexo?

- El mejor de mi vida.

- Listo, ahora si creo que te enamoraste.

- Oye...

Antes de que pudiese continuar, el celular del peliplata comenzó a sonar.

- Sesshomaru. - respondió.

- ¿Dónde estás?

- En el parque de las ánimas, ¿por qué?

- Necesito que vayas a la dirección que te enviaré por mensaje, ahora.

- ¿Y quién te dijo que no estoy ocupado?

- No me interesa, te veré allá en veinte minutos.

- No eres mi jefe...

- ¿Para que te quejas si irás de todos modos? Madura de una vez. - cortó sin más.

- ¡Argh! Maldito idiota.

- Ahhh, el amor de hermanos, no hay nada mejor que un vínculo lleno de cariño y armonía.

- ¿Quieres callarte? - miró la pantalla de su móvil, en donde apareció el mensaje del peliplata, indicándole el lugar exacto. - ¿Conoces esta calle?

- A ver... - tomó el aparato. - Bueno... si, de hecho, es cerca de la casa de Sango.

- Genial, entonces tú me indicarás el camino.

- ¿Qué no tienes el GPS para eso?

- ¿Tienes algo mejor que hacer? - se puso de pie.

- No en realidad, pero no quiero que tu hermano me asesine con la mirada.

- Miroku... ¿Qué te ha hecho pensar que eres tan importante para él? - volteó, comenzando a caminar.

- ¿Sabes una cosa? Eres bastante molesto cuando te lo propones. - se puso de pie, siguiéndolo.

Mientras tanto, Kagome y Sango se encontraban rumbo a la casa del anciano Myoga.

- ¿Segura que no lo molestaremos?

DesconocidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora