Capítulo 13

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- Inuyasha.

El joven se apartó rápidamente al reconocer aquella voz detrás de la puerta.

- Sesshomaru - murmuró, bajando del mueble de inmediato.

- ¡¿Qué?! - se lanzó también - ¡Ay no! ¡¿Qué va a pensar?! - colocó ambas manos sobre su rostro.

- No me interesa lo que piense - miró la puerta - No estamos haciendo nada malo...¿Qué quieres Sesshomaru?

El mayor ingresó a la habitación, fijando su seria expresión en la mujer, quién, a modo de defensa, se cruzó de brazos y desvió la mirada. Unos incómodos segundos de silencio se hicieron presentes, hasta que el más joven decidió romper con ello.

- ¿Qué quieres? - repreguntó, con un tono bastante más áspero.

- ¿A que vinieron? - respondió en el mismo tono.

Kagome miró a Inuyasha, quien mantenía una dura expresión.

- Yo me fui, ella vino a ver como estaba... ahora dime la verdad, ¿a que viniste?

Sesshomaru no era tonto, por lo que sabia a la perfección que nada había sucedido entre los jóvenes, sin embargo, si alguien llegaba a verlos salir de la misma habitación, no pensaría de la misma manera.

- Vine a ver como estabas - respondió con sinceridad, al mismo tiempo en que miraba a Kagome - ¿Alguien te vio entrar?

- ¿He? - se sorprendió - No... no, creo que no.

- Ella sólo vino a asegurarse de que estuviera bien - la miró, suavizando su expresión - Fue la única... que decidió hacerlo.

Ella le devolvió la sonrisa, como si su hermano no estuviera presente.

- ¿Vinieron juntos a la fiesta? - ambos miraron al frente, negándose con la cabeza - Entonces no pueden salir juntos de este lugar, ¿tienes tu teléfono? - miró a la mujer, quien asintió - Inuyasha te enviará un mensaje cuando la zona esté libre.

- No me iré sin ella - pronunció, con firmeza.

- Inuyasha, no es el momento.

- ¡No hicimos nada malo! - gritó - No pienso dejarla aquí, como si realmente tuviera que esconderla.

- Tú conoces a estas personas, Inuyasha - intentaba mantener la calma - ¿Quieres que la señalen como una cualquiera?

- Ni se te ocurra... si quiera, volver a insinuar eso - lo apuntó con el dedo, frunciendo el entrecejo.

- Inuyasha - volteó - No te preocupes por mi - le sonrió - Comprendo la situación perfectamente.

- No quiero dejarte - ella se sonrojó.

- Por favor - se quejó su hermano - Ni que tuvieras que irte para siempre.

- Hazlo... por favor - le imploró, él asintió.

- Tendrás que darme tu número - sonrió sutilmente.

- De... de acuerdo.

Inuyasha tomó su celular y anotó el número de la joven con la promesa de que, apenas estuviera seguro, le avisaría que saliera.

- Espérame afuera - los sorprendió el mayor - Necesito hablar con ella.

- Sesshomaru...

- Espérame... afuera.

Gruñendo, el joven salió, al mismo tiempo en que el otro joven fijaba sus ojos en la mujer.

- Al final de este pasillo hay una puerta escondida, una que conecta a una zona exterior del hotel, sal por ahí e ingresa por la puerta de entrada.

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