- Inuyasha.
El joven se apartó rápidamente al reconocer aquella voz detrás de la puerta.
- Sesshomaru - murmuró, bajando del mueble de inmediato.
- ¡¿Qué?! - se lanzó también - ¡Ay no! ¡¿Qué va a pensar?! - colocó ambas manos sobre su rostro.
- No me interesa lo que piense - miró la puerta - No estamos haciendo nada malo...¿Qué quieres Sesshomaru?
El mayor ingresó a la habitación, fijando su seria expresión en la mujer, quién, a modo de defensa, se cruzó de brazos y desvió la mirada. Unos incómodos segundos de silencio se hicieron presentes, hasta que el más joven decidió romper con ello.
- ¿Qué quieres? - repreguntó, con un tono bastante más áspero.
- ¿A que vinieron? - respondió en el mismo tono.
Kagome miró a Inuyasha, quien mantenía una dura expresión.
- Yo me fui, ella vino a ver como estaba... ahora dime la verdad, ¿a que viniste?
Sesshomaru no era tonto, por lo que sabia a la perfección que nada había sucedido entre los jóvenes, sin embargo, si alguien llegaba a verlos salir de la misma habitación, no pensaría de la misma manera.
- Vine a ver como estabas - respondió con sinceridad, al mismo tiempo en que miraba a Kagome - ¿Alguien te vio entrar?
- ¿He? - se sorprendió - No... no, creo que no.
- Ella sólo vino a asegurarse de que estuviera bien - la miró, suavizando su expresión - Fue la única... que decidió hacerlo.
Ella le devolvió la sonrisa, como si su hermano no estuviera presente.
- ¿Vinieron juntos a la fiesta? - ambos miraron al frente, negándose con la cabeza - Entonces no pueden salir juntos de este lugar, ¿tienes tu teléfono? - miró a la mujer, quien asintió - Inuyasha te enviará un mensaje cuando la zona esté libre.
- No me iré sin ella - pronunció, con firmeza.
- Inuyasha, no es el momento.
- ¡No hicimos nada malo! - gritó - No pienso dejarla aquí, como si realmente tuviera que esconderla.
- Tú conoces a estas personas, Inuyasha - intentaba mantener la calma - ¿Quieres que la señalen como una cualquiera?
- Ni se te ocurra... si quiera, volver a insinuar eso - lo apuntó con el dedo, frunciendo el entrecejo.
- Inuyasha - volteó - No te preocupes por mi - le sonrió - Comprendo la situación perfectamente.
- No quiero dejarte - ella se sonrojó.
- Por favor - se quejó su hermano - Ni que tuvieras que irte para siempre.
- Hazlo... por favor - le imploró, él asintió.
- Tendrás que darme tu número - sonrió sutilmente.
- De... de acuerdo.
Inuyasha tomó su celular y anotó el número de la joven con la promesa de que, apenas estuviera seguro, le avisaría que saliera.
- Espérame afuera - los sorprendió el mayor - Necesito hablar con ella.
- Sesshomaru...
- Espérame... afuera.
Gruñendo, el joven salió, al mismo tiempo en que el otro joven fijaba sus ojos en la mujer.
- Al final de este pasillo hay una puerta escondida, una que conecta a una zona exterior del hotel, sal por ahí e ingresa por la puerta de entrada.
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Desconocida
RomanceUna dulce e inolvidable fragancia fue la encargada de grabar en su mente a aquella misteriosa desconocida. Los personajes no me pertenecen, le pertenecen a Rumiko Takahashi. Los personajes OC fueron creados para este fanfic. Esta historia es NO ofic...