Capítulo 62

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- ¿Estas seguro Inuyasha? - preguntó Kagome, mientras él asentía.

- Si... me quedaré aquí, puedo dormir en una de las habitaciones de huéspedes.

Tengo un muy mal presentimiento.

- ¿Quieres que nos quedemos?

- No te preocupes, Rin, ustedes relájense y descansen.

Después de todo... Kagome ha estado bajo mucho estrés... merece una noche tranquila.

- Llámame si algo sucede.

- Te llamaré de todos modos - sonrió, abrazándola y depositando un beso en su cuero cabelludo.

- Cuídate, te amo - se puso de puntillas, besándolo suavemente.

- Ustedes también... te amo, preciosa.

Las jóvenes subieron al auto y se marcharon, mientras él volteaba e ingresaba a la casa.

- ¿Crees que sucedió algo malo? - preguntó Rin, mirando a la joven.

- Bueno... no lo sé...

Pero, a juzgar por la manera en la que Sesshomaru se marchó, es lo más probable, además... Inuyasha estaba por irse con nosotras y cambió de opinión de repente.

- Tranquilas señoritas - Kohaku se pronunció mientras conducía - Si algo malo está sucediendo, mi teléfono sonará de inmediato.

Ambas sonrieron y desviaron sus miradas hacia las ventanillas, intercalando su vista entre el cielo estrellado y las luces que iluminaban las calles. El resto del viaje se realizó en silencio, hasta que llegaron a la casa de la castaña.

- Muchas gracias Kohaku - extendió su mano, mientras él la tomaba, apretándola sutilmente.

- No tienes que agradecerme, es un placer... nos vemos, adiós señorita Kagome.

- Muchas gracias, Kohaku, por favor, ve con cuidado.

- Lo haré - les dedicó una última sonrisa antes de marcharse.

Las jóvenes ascendieron por los pequeños escalones hasta quedar frente a la puerta, en donde Rin abrió.

- ¿La tía Kahori está en casa?

- Bueno... - miró el reloj de su muñeca - Es un poco tarde, debe estar durmiendo.

- Descuida, puedo saludarla por la mañana.

- De acuerdo - sonrió - ¿Quieres comer algo?

- Te diría que no, pero... - su estómago terminó por ella.

- Creo que hay unas sopas instantáneas en la nevera, sólo deja que las caliente.

- Claro, tómate tu tiempo... iré a tu habitación.

La castaña asintió mientras ella se perdía por el pequeño pasillo e ingresaba a la primera habitación a la derecha. Prendió la luz y se recostó sobre la cama, cerrando sus ojos.

¿Qué habrá sucedido para que Sesshomaru se fuera de esa manera? ¿Y cómo le diré a Rin todo lo relacionado sobre Kikyo?

Suspiró, tomando su celular y enviándole un mensaje a su novio.

- Ya estamos en casa de Rin... ¿Cómo te encuentras?

Estaba por dejar el móvil sobre la mesa, sin embargo, su respuesta no se hizo esperar.

- Gracias por avisarme, no te preocupes, estoy bien... relájate y trata de tener una buena noche.

- Lo haré... ¿Sesshomaru aún no regresó?

DesconocidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora