Capítulo 14

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- ¿A que te refieres? - volteó, sin poder verlo, mientras él la rodeaba con sus brazos.

- No te conozco... no sé que clase de persona seas, pero... no pareces ser del tipo que le gusten las fiestas alocadas.

- Ni siquiera me agradan las fiestas, dime... ¿por qué se fueron las luces?

- Le están dando tiempo a los que quieran retirarse, ¿tú quieres irte?

- Me estas asustando - respondió, sin embargo, en el fondo, no quería apartarse de su lado - ¿Qué va a suceder?

- Digamos... que la fiesta va a comenzar, al estilo de Bankotsu.

Cómo si hubiesen respondido a un anuncio, las lucen comenzaron a titilar, provocando que la mujer, de un respingo, se pegara más al cuerpo del joven.

¿Qué... está sucediendo?

Las luces comenzaban a marearla, no lograba distinguir más allá de las figuras, sin embargo, pudo notar a los meseros, con las bandejas elevadas, acercándose a los invitados, ofreciéndoles algo.

- ¿Y? El tiempo se acaba.

- ¡Ya! Sácame de aquí.

- De acuerdo - una sonrisa se formó en los labios del joven, mientras tomaba su mano y comenzaba a caminar.

- ¡Espera! - se detuvo - Tú... estabas con Kikyo - soltó su agarre - ¿Qué pasó con ella?

- ¿Estas celosa? - arqueó una ceja, sonriendo altaneramente.

- Idiota... sólo no quiero tener problemas con ella.

- Descuida, te aseguro que no los tendrás.

- Oh por favor... Rin, ¿Dónde estará?

- ¿Quién?

- ¡Rin! Mi prima, es la nueva secretaria de Kagura, ella la invitó y vino en compañía de Kohaku, su chofer.

- ¿Está con Kohaku? - ella asintió - Entonces estará bien, él piensa como yo acerca de esto, seguramente ya la debe haber llevado a un lugar seguro.

- ¿Y que hay de Sango? Se fue con tu amigo, Miroku.

- ¿Se fue con Miroku? - se mostró visiblemente sorprendido - Bueno... él es un poco idiota, pero no es mala persona o un asesino, asique estará bien.

- Aún no respondiste lo de Kikyo.

Inuyasha llevó su mirada a la pista de baile, en donde las luces seguían resplandeciendo alocadamente y las personas comenzaban a inclinar sus cabezas hacia adelante, soltar grandes carcajadas y acercarse de manera más sugerente, por lo que, sin responder, volvió a tomar la mano de la mujer y siguió caminando hasta llegar a al puerta específica.

En ese momento, una mano tomó su brazo, provocando que girara.

- ¿Pensaste en escapar de mi, cariño? - sin esperar respuesta, estampó sus labios en los labios del peliplata, ante la atenta mirada de Kagome.

Es... esa chica.

Sin buscar ser suave, la empujó, quitándosela de encima y limpiando sus labios.

- No vuelvas a acercarte a mi... me das asco.

- ¿Ah si? - su tono se oía medio extraño - Juraría que, si hubiese hecho esto el año pasado, me encerrarías en ese cuarto, rogando de rodillas que no me alejara de ti - se burló.

Un gruñido abandonó los labios del hombre, quién, sin pronunciar una palabra, ingresó al lugar de la mano de la joven.

- ¡Disfrútalo niña! - gritó Yura - ¡Pero recuerda que mientras esté dentro de ti, estará pensando en mi! - rio.

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