Capítulo 50

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- ¿Desean tomar algo? - se sentó en el sillón del medio.

- ¿Estas demente? - Kagome arqueó una ceja - ¡Nos trajiste aquí en contra de nuestra voluntad! ¡¿Y nos ofreces tragos?!

- Sólo quiero generar un ambiente más confortable, hermosa - le sonrió - ¿Tú estas de acuerdo, querida? - miró a la castaña, quién desvió la mirada, sin responder.

Lo había olvidado... Bankotsu, de alguna manera, es casi como uno de los jefes de Rin... ella no lo contradecirá ni se revelará ante sus palabras...

- No queremos nada - respondió la morena, tomando la mano de su prima, mientras se sentaban en uno de los sillones laterales - Sólo di lo que tengas que decir...

- Kagome - mordió ligeramente sus labios - No puedo negar... que tu actitud me sorprende... me agradas - recorrió su cuerpo con sus ojos - No pensé que serías tan... hermosamente desafiante.

¿Está coqueteando conmigo?

Pensó, entrecerrando sus ojos, sosteniéndole la mirada.

- Me alegro que no te hayas fijado en mi hermano - miró a Renkotsu, quién se acercó con una botella de Ron y un pequeño vaso - ¿Seguras que no quieren? - ninguna respondió - Ustedes se lo pierden - bebió un sorbo, fijando nuevamente sus ojos en ella.

No comprendo lo que me sucede... su mirada desafiante me fascina, es como si... no pudiera dejar de mirarla. Sus ojos son profundos y su cara es perfecta, vaya... ¿Cómo no me di cuenta antes de su belleza?

- En fin - dejó el recipiente sobre la pequeña mesa de cristal frente a él - Seré claro, ¿de acuerdo? Kagome - volvió a mirarla, casi como si no pudiese apartar sus ojos de ella - No soy idiota y estoy seguro de que, para estas alturas, tú ya sabes todo, por lo que te lo contaré más a ti - señaló a Rin.

- ¿Puedes ir al grano? - lo interrumpió la morena.

- Claro - sonrió - Sesshomaru y yo somos socios desde hace... ¿8 años? - colocó su mano sobre su barbilla - Como sea, nos graduamos juntos e iniciamos esta firma desde cero... obviamente yo fui el que puso más dinero, pero eso no importó, porque él lo compensó con su astucia y su capacidad para mantener satisfechos a los clientes, sin embargo, el muy cobarde... no se animó a ir más allá.

- ¿Ir más allá? - Rin fue la que habló.

- Hace alrededor de 4 años, una persona muy poderosa se aceró a nosotros - se puso de pie - Necesitaba alguien con convicción, alguien imponente... que le asegurara que no habría margen de error en lo que necesitaba... a cambio, nuestro capital aumentaría bastante - sus ojos brillaban - Pero... el muy cobarde decidió decir que no... su moralidad no se lo permitía, ¡Ja!... lo bueno es que yo estaba ahí y me hice cargo de todo, exitosamente por supuesto, sin embargo... somo socios y la mitad de aquel dinero, fue a parar al bolsillo de ese imbécil, y ya es momento de cobrarme eso.

- ¿Qué clase de favor necesitaba esa persona? - preguntó Kagome.

- Lo siento, preciosa - la miró - Pero si te lo dijera, tendría que matarte inmediatamente... y no es mi deseo.

No ahora, que te deseo para otras cosas.

- Bien, para no darle mas vueltas al asunto, quiero que él se marche... y, Kagome, dime, ¿Quién es el eslabón más débil de la familia Taisho?

¿Inuyasha?

- Exacto, sé que no lo dirás, pero estoy seguro de que lo has pensado - ella frunció el entrecejo ante su comentario - Inuyasha Taisho... el pobrecito estaba devastado con el abrupto final de su relación... a tal punto, que toda su vida estaba en juego - sonrió - Al final logró estabilizarse y supe que ese era el momento para actuar...

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