¿Alguien dijo maratón?😎
Narra Alicia
Respetar y venerar las tradiciones es una parte fundamental en todo acto que tenga que ver con el rey de cualquier reino. Y no veía por qué en Kornatt debía ser diferente. El problema era que esa tradición en específico, que estaba a punto de presenciar, me hacía sentir incómoda. Quizás por eso me tomé de la mano de Erick repitiéndome que aquello era muy normal, para que no me consumiera el nerviosismo y el terror.
Después de la ceremonia habíamos ido al mismo salón donde se llevó a cabo el baile de la cosecha, que en esta ocasión estaba decorado con flores, telas blancas y cualquier cosa que pudiera decir que estábamos en una boda común y corriente.
El rey Kristopher dio su discurso de prosperidad y nuevos comienzos de la mano de su esposa, mientras Maisie lucia sería y neutral, al tiempo que guardaba todas las emociones que le consumían, muy dentro de sus entrañas.
Bailaron unas cuantas canciones, fingiendo ser la pareja feliz que todos ahí creían que eran, porque, para mi sorpresa, los habitantes del pueblo se habían tomado con buena cara la noticia de que la princesa de Kinstom sería su nueva reina. Incluso habían llevado muchos regalos para los reyes y hubo un rito a mitad de la fiesta donde los atiborraron de bendiciones para que engendraran un varón fuerte que heredara el trono.
Porque justamente eso era lo que pasaría.
Debían hacer un heredero.
El consejo real tenía la obligación de asegurarse de que así ocurriera.
El miedo por eso no debía causarme tanto conflicto, pero lo hacía, porque después de todo ese espectáculo, ahora estábamos dentro de una habitación, formados en una hilera que se conformaba por unos cuantos miembros del consejo del rey Kristopher, el hombre que dirigió la ceremonia, Erick a mi lado, y yo misma, aferrada a su mano, mirando la cama vacía que pronto sería ocupada.
Pasé saliva.
Mis piernas temblaban.
Sabía de ese ridiculo ritual porque se me había preparado para llevarlo a cabo en mi boda con el rey Abraham. Gracias a Dios no había sido necesario para mi unión con Erick, porque de haberse requerido, hubiera muerto de pánico en todos los sentidos, como en ese momento.
Él apretó mi mano buscando consolarme.
—Solo será un instante.
Alcancé a asentir.
La tradición dictaba que debía supervisarse la unión matrimonial para que fuera llevada a cabo de manera correcta y eficiente, cuidando el futuro del país y asegurando la corona con un heredero fuerte.
Pero eso... era demasiado.
Mis manos temblaron cuando la puerta se abrió y Maisie entró de la mano de su marido. No me miró. Tenía los ojos bajos y el rostro serio. Si yo estuviera en su lugar estuviera igual, incluso hubiera salido corriendo.