Capitulo 1. ''Olivia''

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Sabes que mami te ama bebe, sabes que Mami lo hace, sabes que eres la luz de mis ojos nena.-Mami tiene agua en sus ojitos y no puedo respirar bien de lo fuerte que me abraza mami.- Sabes que te amo nena, tienes que saberlo- me aprieta más fuerte y me está jalando el cabello mientras pasa su mano una y otra vez por mi cabeza.- Quiero que te quedes aquí, cierres esos bonitos ojitos de chocolate derretido con caramelitos de azúcar y pongas tus deditos en los oídos y apagas todo lo que este fuera de aquí, nada de lo que escuches importa, imagina que estas en el lugar más bonito que desees estar.-Mami sigue susurrando en mi oído y sigue lastimándole y aunque quiero jugar con mis muñecas mami quiere que me quede aquí, escondida, en silencio, ignorando todo lo que pase fuera de aquí.- No salgas, no puede salir de este armario y tienes que hacer lo que te digo ¿entiendes?-asiento todo lo que puedo porque continua abrazándome muy fuerte.- Te amo Olivia.

Despierto sofocada, estoy sudando y mi respiración es tan rápida y pesada como si hubiese corrido kilómetros, siempre es lo mismo después de tener ese sueño, ese recuerdo, el ultimo recuerdo relativamente bueno que tengo de niña, la última vez que mi mamá me dijo te amo, la última vez que la vi sobria, la vez antes de que perdiera lo que conocía de mi madre para volverse una cascara vacía, creo que es el ultimo recuerdo de mi niñez que no es tan malo.

Hasta esa parte en donde me dice te amo, porque lo que sucede esa noche cambio mi vida como lo vino haciendo cada día hasta que pude salir de esa casa y aunque aun me persiguen queriendo ahogarme, destruirme, reducirme sé que soy más fuerte que esa niña asustada que fue controlada por la persona que se supone que la tenía que cuidar y no destruir, que la tenía que proteger y no dejar maltratar y marcar.

Y siempre es lo mismo, me siento sucia como si lo que paso esa noche me hubiese alcanzado y ensuciado, porque no hay momento en el que me sienta más sucia que después de recordar.

Me desenredo de la sabanas y dando tumbos me dirijo al baño, no hay mucha distancia pero lo siento eterno, la ropa cae al suelo al medida que camino hacia el baño. Aunque el agua dura una eternidad en salir y sin perder el tiempo esperando que salga caliente, dejo que el agua helada se lleve el sudor y los recuerdos, las pesadillas y aunque me pone mal prefiero este recuerdo a los otros que no son nada buenos, en ellos no hay ninguna palabra de amor, nadie me abraza y me acaricia, aunque sea en este nadie me lastima.

Por el desagüe desearía que se fuera todo, que se borrara, desapareciera como si jamás hubiese existido las desgracias que me siguieron y que mi vida fuera una página en blanco donde pueda escribir mi historia como yo quisiera, sin los recuerdos del pasado, sin las malas experiencias y aunque eso me hizo quien soy hoy, hubiese preferido no ser quien soy ahora para no haber tenido que sufrir tanto y vivir tantos horrores como lo hice, porque aunque hoy pueda decir que mi vida es mía, se muy en el fondo que por culpa de mis padres en cualquier momento alguien tocara a mi puerta o simplemente llamara por teléfono reclamando lo que considera suyo, pero yo no soy mi madre y aunque tenga que morir luchando, lo haré con uñas y dientes, por nadie controlara mi vida y me llevara tan abajo en el pozo que no encuentre mas la luz.

Pero el miedo siempre está a punto de salir a la superficie, miedo a ser tan débil como mi mama y no luchar, porque una cosa es decir como actuaras en una situación a como realmente reaccionas en el momento dado.

Cuando cumplí dieciocho años, ya tenía todo listo para irme y no mire atrás, tenía dinero reunido escondido siempre en lugares distintos por miedo a que mi mama lo consiguiera y lo gastara alimentando su vicio, porque una cosa era que ella se prostituyera para pagárselo, otra que tomara lo que con esfuerzo me gane.

No termine de recibir mi diploma cuando ya tenía maletas en manos y me estaba yendo, después de vivir de refugio en refugio conseguí ahorrar suficiente dinero, vi un anuncio del alquiler de una habitación, era económico, tenía un baño propio, me quedaba cerca del bar donde acababa a comenzar a trabajar, tenía todo el mobiliario necesario y solo tenía que llevar mis cosas, ayudar a pagar las servicios y el alquiler, no era mucho pero era suficiente para comenzar otra vez.

Desde que deje esa casa, cuando estuve fuera sentí que podía respirar, ya no tenía que ver sobre mis hombros, ni tenía que vivir con el miedo constante de que me harían daño. Quiero conseguir un futuro y si para conseguirlo tengo que sudar sangre para lograr algo con mi vida, para llegar a tener algo propio, la cosecha de todo mi esfuerzo.

La única meta que tengo en la vida después de trabajar tanto es poder algún día tener una pastelería y aunque puede llegar a ser imposible, me sudo el trasero trabajando sin descanso para poder logar mi meta.

Lo único que agradezco de mi mama es que guardo ese viejo cuaderno de recetas de postres de mi abuela, porque si no hubiese por ese cuaderno que fue mi salvavidas no se que hubiese sido de mi, fue la única luz que conseguí en el túnel oscuro que fue mi vida hasta que pide salir de esa casa.

Las cosas mejoraron, conseguí trabajo en la librería y podía usar el horno sin restricción. No iba a vivir con el temor constante de que alguien iba a estar inhalando algo en la mesa de la cocina o conseguir condones en el sofá, una que otra reunión se celebraba, nada del otro mundo ni demasiado alboroto, sentí que podía respirar, pero con eso llego el miedo constante de que la vida que he tratado de dejar atrás venga por mí.

Aunque anoche fue agotadora en el trabajo, no puedo volver a dormir, me visto con unos sencillos jeans y una camisa, recojo mi cabello en una cola de caballo y me dirijo al supermercado que queda a la vuelta de la esquina.

Camino entre los pasillos que ya sé de memoria y cojo varias cosas que atraigan mi atención, en caja para pagar esta la señora más agradable que he conocido en mi vida, como creo yo que hubiese sido mi madre si no se hubiese convertido en una adicta y hubiese destruido tanto su cuerpo como cerebro.

-Como te va hoy Olivia.- me dice con una sonrisa en sus labios, sonrisa que devuelvo.

-Bien, señora Margaret ¿Cómo esta su nieta?-Entre mis muchas visitas al supermercado donde es cajera, he creado una especie de vinculo y mientras factura mis compras me ha contado cada vez pedacitos de su vida.

Sé que su hija quedo embaraza a los 16 años y aunque era muy joven siguió adelante con su embarazo, el padre de la criatura se hizo responsable y formaron una familia aun siendo muy jóvenes y con el apoyo de la Señora Margaret salieron adelante, cuando el tuvo la edad suficiente se enlisto al ejercito, luego de dos años una bomba dejo a una familia sin un padre amoroso y responsable. Ahora entre la señora Margaret y su hija sacan adelante a una niña de 6 años que según ella es lo más bonito que pueda existir y le creo.

-Creciendo cada día más y más, es una pequeña revoltosa.-Dice con una sonrisa brillante y llena de orgullo.-Dice que quiere ser chef de dulces, que quiere ser como tu.-Un escalofrió recorre mi cuerpo y en mi cabeza grito una y otra vez, mi sonrisa se borra y la miro fijamente y perdida por unos segundos en mis pensamientos, porque no quisiera que una niña llena de vitalidad se convirtiera en una sombra de pura oscuridad.

-¿Y su hija?-Cambio el tema, porque aunque aprecio a esta señora no quiero que piense que quiere que su nieta sea como yo, una cascara vacía.

-Trabajando y cada vez falta poco para que se gradué de la universidad.-El orgullo que siente esta mujer se debe de sentí a kilómetros de aquí.- ¿Qué receta prepararas hoy criatura? Espero mi ración.-Desde que la conocí le traigo una muestra de lo que preparo y puede ser que sean una mierda o que de verdad le guste, ella siempre los recibe con una sonrisa y un agradecimiento y luego me felicita y dice lo rico que estaba, aunque fuera una mierda. Pero es agradable escuchar halagos, escuchar buenos comentarios después de escuchar tantos denigrantes.

-Aun no lo he decidido, cuando esté listo claro que traer tres raciones.- Sonrió. Espero que me diga el monto, pago y me despido de ella

El apartamento esta vació y saco el libro de recetas que aunque me costó mucho tiempo entenderlo, porque está en español y mi madre nunca se encargo de enseñarme su lengua materna a no ser que una que otra grosería, porque una cosa si es segura, los venezolanos y cualquier persona de los países que hablan español tienen un diccionario de malas palabras, es algo sorprendente.

Me pierdo entre ingredientes y palabras que con ayuda de un diccionario pude descifrar hasta entender cada cosa, aunque aun después de tanto tiempo leer este libro consigo recetas que me sorprenden cada día.

Porque puede ser que mi mundo se esté cayendo y sienta que todo me consumirá, al final del día mi pasión es lo que me mantiene de pie, hace que me fije una meta, que mire hacia el futuro cuando quiero quedarme estancada en el pasado, porque puede ser que odie mi vida pasada, quiero hacer de la futura algo mejor.

Destinado a SerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora