Capitulo 9 ''Olivia''

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Capitulo 9

Dicen que hay temerles a los fantasmas, pero ¿cómo temer a algo que no se sabe sin son cierto? ¿Cómo se puede tener miedo a algo que no te puede lastimar? Pero hay que sentir pavor hacia las personas, porque ellas si te pueden lastimar, te pueden destruir y dañar.

Temerle a las sombras no por los espectros que pueden alcanzarte y atormentarte, sino por las personas que esperan que estés descuidado para atacar y lastimarte.

Nunca sentí tanto miedo de estar en mi casa, como el que siento ahora. Temer encontrarme con él, temer que me tome desprevenida. Es agotador estar siempre viendo sobre tu hombro, sin poder dormir una noche completa por miedo a que la puerta se abra y roben de ti la inocencia.

Prefiero mil veces dormir con el estomago vació, soportar los golpes de mi madre a estar viviendo con este miedo constante desde que él está aquí.

Las fiestas se pudieron detener, pero jamás me sentí tan atemorizada con la música a todo volumen, rodeada de drogas y alcohol. Porque en cierto modo, sentí que había un muro que me hacia intocables para todos ellos; para todas las personas que venían a las fiestas. Pero ese muro no lo siento con el novio de mi mama viviendo aquí, porque cuando siento su mirada en mi sé que peligró y lo que quiero es correr lo más lejos posible y alejar, esconderme de él.

Cuando estoy en la escuela es un respiro, porque no tengo que andar ocultándome; no tengo que estar pendiente a cada segundo si hay unos ojos acechándome, no temo por mi seguridad.

Pero cuando regreso a casa, el tormento me asfixia, me ahoga y me deja prisionera del miedo.

Escuchar el silencio en mi casa es mas escalofriante que sentir objetos moviéndose, porque el ruido me dice que hay alguien en casa pero cuando hay tanto silencio y todo esta tan en calma puede ser que una tormenta se esté ocultando en las sombras esperando atacarme, porque el silencio no me asegura que este sola.

Antes que lo vea siento que el peligro está cerca y cuando trato de escapar me atrapa y me jala el cabello, haciendo que pierda el equilibrio y caiga en el piso; tratando de soltarme de su agarre, el miedo me trata de paralizar pero sé que no hay nadie que me defienda, no hay nadie que venga a ayudarme estoy solo yo y él y su desagradable aliento, mezclado con alcohol.

Doy una patada para tratar de soltarme de su agarre, él gruñe y tomo mi oportunidad para correr pero me toma del brazo y me empuja fuertemente contra la pared, mi cabeza se golpea con un pequeño cuadro y el vidrio se quiebra. Mis pies no tocan el suelo y jamás me he sentido tan impotente cómo me siento ahora, lanzo patadas al aire tratando de conectar con él, su cara se acerca a la mía y mientras habla su mal aliento hace que mis ojos lagrimeen.

-Al fin te tengo como quería pequeña zorrita.-Habla con su aliento rozando mi mejilla.

Tratando de soltarme de su agarre, alejando mi cara de la suya. Un sollozo sale por mi boca y cuando trato de gritar su mano corta mi respiración, la desesperación es tanta que no sé como hago para golpear con mis rodillas alguna parte de su cuerpo.

Caigo sin estabilidad alguna, con la vista borrosa y sin poder respirar bien. Trato de huir pero su puño golpea mi boca y el sabor metálico inunda mis papilas. Mis ojos lloran y de mi boca no sale sonido alguno, la voz simplemente huyo como yo quisiera haber hecho.

Me toma del pelo y me arrastra hasta la sala y mientras lucho se escucha es crujido de mi camisa rompiéndose. Logro golpearlo en la cara y me trato de arrastrar lo mas que pueda, su puño conecta con mi pómulo izquierdo.

Destinado a SerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora