.Nóel.
Mi reloj biológico me despertó tan puntual como todos los días. Eran las siete de la mañana cuando abrí los ojos. Un cuerpo suave y aterciopelado descansaba a mi lado, cubierto superficialmente con las sábanas de la cama, y en muchos lugares se veían rastros morados y rojizos como evidencia de la intensa noche anterior.
Me senté en la cama y visualicé a León del otro lado de Scarlett, completamente dormido y completamente desnudo, sin nada cubriéndolo. La habitación solo estaba tenuemente iluminada por el Sol que se colaba entre las cortinas, pero se podía ver claramente que era un desastre de condones, ropa y juguetes sexuales.
Dejé de mirar a mi alrededor y me puse de pie para bañarme. Tomé mi habitual ducha de agua fría para sentirme renovado y salí luego de envolverme con una bata de baño. En la habitación, León estaba recién despertando, sentado al borde de la cama.
—Tapa tu porquería. —Regañé cuando se puso de pie.
—Buenos días para ti también. —Se burló y pasó por mi lado completamente en bolas para dirigirse al baño.
La pelirroja seguía dormida en la cama, sin dar señales de despertar. Debía admitir que nos pasamos un poco con ella. Antes de que se fuera debía asegurarme de que estuviese bien. No podía decir que Scarlett era alguien importante para mí, pero se había ganado un lugar en mi círculo. Era la única mujer que dejaba dormir conmigo después del sexo, ninguna otra se había ganado eso. Demoró para lograr tal asaña, pero había arriesgado su propio pellejo por mí más de una vez, y me había atendido de forma desinteresada por años. Era una buena mujer.
Tomé mi celular del lado de la cama y respondí algunos mensajes de texto. Luego salí de la habitación para llegar a la mía y ponerme desente antes de comenzar a trabajar. La mansión estaba en completo silencio. Caminé despacio y apreciando la decoración hasta llegar a mi alcoba. En cortos minutos me cambié de ropa y salí a mi oficina.
En el pasillo escuché una conversación de mis hombres, aún estaban lejos, pero luego de tantos entrenamientos, podía oírlos muy claramente.
—Hoy les toca a ustedes custodiar la puerta de esa mujer. —Dijo Dean, uno de mis hombres de confianza. Encargado de la seguridad de la mansión. Hombre alto, fuerte y de cuarenta años. Pelo negro, ojos oscuros y lucía barba.
—¿Puedo buscar a alguien para cambiar? —Se quejó Chandler, el nuevo. Yo diría que no es tan alto, castaño, piel morena y cara de niño. Es uno de los más rápidos cuerpo a cuerpo y tiene mucho talento con los cuchillos.
—No. —Aseveró Dean.
—Ella ni siquiera intenta escapar. Cada vez que entro a darle su comida está mirando embelesada el jardín u hojeando ese libro viejo que tiene. —Dijo Chandler.
—También creo que sería mucho más divertido si intentara escapar. —Se rió Didier. Él era uno de los mejores francotiradores que tenía. Hacíamos apuestas de vez en cuando entre los dos. Mi misma edad, un poco más bajo que yo, rubio, ojos miel, con tatuajes que solo se ven si se quita la ropa.
—No se quejen y hagan su trabajo —Regañó Dean—. El Boss León dio órdenes de que alguien que hable inglés debe estar de guardia en esa puerta.
—Entendido. —Se rindió Chandler, y siguió a Didier por el pasillo.
—Boss. —Se giró y me saludó cuando Didier y Chandler ya no estaban a la vista.
Yo salí de detrás de la pared y lo observé. Dean era perspicaz y sus sentidos eran muy buenos. Siempre se percataba de cosas que eran difíciles de darse cuenta para otros y su nivel de responsabilidad estaba acorde con mis gustos. Su puesto se lo ganó merecidamente.
![](https://img.wattpad.com/cover/356405386-288-k230590.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Unione Corse
De TodoIsabella Slorah sabía desde muy joven que su sueño era ser escritora, pero, por mucho que se esforzara, sus libros nunca parecían tener un final satisfactorio. A los 19 años, tuvo un golpe de suerte que impulsó su carrera. Su épica trilogía, titulad...