Prólogo • Felicidad

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Tomura vio a aquella niña detrás del vidrio de la sala de visitas, sentada en el regazo de Dabi quien en su dedo anular lucía con gran orgullo un anillo. No podía entender como la situación se había vuelto tan perfecta, pero agradecía cada día que fuera así. Por que no podía pedir menos que eso, y dios sabía que no merecía tampoco mas que eso.

-Mamá dice que es una pequeña tranquila y obediente, aunque siendo honestos es bastante revoltosa ¡¿No es así, cariño?!.- Comentó Dabi y luego comenzó a hacerle cosquillas a su pequeña cuya risita sonaba dulce y hacía que Dabi no pudiera evitar reírse junto a ella.

Definitivamente jamás lo había visto así de feliz, la paternidad era lo que necesitaba, le sentaba bien.

Él sonriente con su cabello blanco y ojos turquesas, que siempre le parecieron particularmente encantadores. Ella tenía la melena ondulada (le hacía recordar al cabello ondulado de su madre) y de color blanco como el de Dabi, de ojos rojo intenso como los suyos y con aquel lunar debajo del labio que parecía ser herencia genética de su parte de la familia. Era simplemente perfecta, y es claro que para los padres (al menos los buenos) no podría haber un hijo menos que perfecto, pero en este caso no había palabra mas acertada para describir a esa pequeña.

-June...- Comentó Tomura golpeando levemente el vidrio para llamar la atención de la niña quien se pagó al vidrio golpeando con sus manitos para jugar.

Algo en él le hacía sentir culpable de acceder a tener una hija solo para que su única interacción con ella fuera por detrás de un vidrio y nada mas. Pero quería permitirse ser egoísta esta última vez ya que al menos, su hija estaba en buenas manos. Desde su posición dentro de la prisión sabía que daría lo mejor para que su pequeña fuera feliz y una buena persona.

Ambos sonreían embelesados de la niña, y Dabi levantó la mirada.

-Estas hermoso. Siempre he dicho que te queda mejor el cabello largo.

Tomura se rio.- Y a ti te queda tu color natural de cabello.

Dabi se encogió de hombros con una sonrisa.- Tengo 35 años, no creo que teñirme de negro y andar de emo sea algo que deba seguir haciendo. Soy un tipo respetable ahora.

El pecho de Dabi se inflaba del orgullo mezclado un algo de arrogancia.

- No creo que un ex villano, barra, terrorista revolucionario, barra, asesino serial sea algo que la gente respete.- Comentó secamente Tomura, llegando a sonar hasta cruel.

-No, es cierto. No me respetan, aunque tampoco necesito que lo hagan. Solo me interesa la opinión de una persona.- Comenzó a acariciar las mejillas regordetas de la pequeña de 2 años.- Ella... Quiero ser un hombre que respete y admire.

Dabi levantó la mirada y se encontró con la mira enojada de Tomura.

-¿Y mi opinión no cuenta?

Dabi se rio y puso su mano sobre el cristal.- No, no eres objetivo.

Tomura entendió su mano y tocó la parte del cristal donde estaba tocando Dabi.- Tienes razón. Mi opinión de ti es totalmente subjetiva. Porque te amo y para mi eres increíble ya seas un tipo respetable o el villano más repugnante.

El mayor comenzó a reír sin control sin apartar su mano del cristal.- Que cursi eres.

-He mejorado. Debo procurar tenerte enamorado. No podría permitir que mi esposo me dejara o que buscara un amante para criar a mi hija.

-No seas paranoico. Dudo que haya alguien mejor que el mismísimo Shigaraki Tomura. Definitivamente me saqué la lotería.

Ambos permanecieron observándose con cariño detrás del vidrio hasta que la pequeña con chupete unió su manita a la mano de Dabi y miró a Tomura tras el cristal.

-¡Paaa!

Tomura sonrió.

-Aquí estoy, cariño.

Al final de la historia ese parecía ser el destino indicado. Ambos siguiendo el rumbo de sus vidas ateniéndose a las consecuencias de sus actos en el pasado, pero aún así buscando la felicidad al final del túnel.

Eran padres, estaban casado legalmente. Dabi vivía con su padre y trataba de mejorar su relación tanto con él como con el resto de su familia y a su vez luego de salir de prisión consiguió trabajo cocinando en un restaurante, y claro, las terapias ordenadas por la corte. Tomura seguía preso, y no tenía esperanzas de salir algún día, aún así no le molestaba esa vida, porque era feliz así como estaba.

 Tomura seguía preso, y no tenía esperanzas de salir algún día, aún así no le molestaba esa vida, porque era feliz así como estaba

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All for Them [Shigadabi/Dabishiga Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora