Touya venía corriendo con los remedios necesarios para June. Al lado de la cama se encontraba Tenko sentado en un banquito cambiando el paño de agua fría con regularidad.
-¿Ya bajó?.- Preguntó Touya haciendo referencia a la fiebre intensa que había azotado a la niña durante esos días. Ellos pensaban que se trataba de una gripe por salir sin abrigo en la nieve, aunque con el correr de los días se veía cada vez más serio.
Tenko negó, sacó el termómetro y corroboró que así era. La fiebre no es peligrosa y la gripe no puede ser tan fuerte, se decían. Pero estar más de 4 días con fiebre a esa cantidad de grados rozando lo peligroso y viendo que todo medicamento suministrado era rechazado por su pequeño cuerpo lo hacían ver todo más grave.
Afortunadamente había conseguido descansar luego de horas llorando del dolor y empeorando su estado, la fiebre la deshidrataba así que también sufría dolor de cabeza.
Las ojeras de Tenko eran enormes, no había pegado ojo más de dos horas en todos esos días, no estaba cansado, su cuerpo podía resistir eso. Touya no podía faltar al trabajo así que mayormente se encargaba su esposo de la niña, le era imposible permanecer alejado de su niña.
-La señora Yuimura me dijo que no era normal esta fiebre. No cree que sea un simple resfriado.- Comentó el mayor tomando asiento en el sofá junto a la ventana.- Tal vez sea neumonía... Tenko, podría ser demasiado para ella, hay que hacer algo.
-¡Eso estoy haciendo!.- Gritó el menor.
-¿Padre...?.- Movió su manita la niña. Se sentía extremadamente débil y aún así buscaba la mano de su padre.
-Lo siento cariño, no quise despertarte...- Tomó su mano, estaba fría y húmeda por la sudoración, verla así de débil le partía el corazón y no sabía qué hacer.- ¿Cómo te sientes?
La niña no contestó, respiraba entrecortado mientras trataba de mantener los ojos abiertos, su vista era borrosa por la fiebre. Tenko frunció el labio y suspiró pesadamente, aquello era desesperante y no podía soportar ver a su pequeña en ese estado.
Touya preparó el remedio para ella y se sentó en el banco para dárselo. Mientras, Tenko salió del cuarto y tomó su teléfono para marcarle a su contacto con el Ejército de Liberación.
-Soy Shimura.- Habló con su contacto.- Escucha, necesito un médico, un pediatra... Yo... ¿Qué? Tienes que estar bromeando.
Sus ojos se expandieron como platos al oír lo que el contacto le decía con tanta frialdad.
Touya salió del cuarto de June y se encontró con Tenko al teléfono, su expresión no parecía buena. De repente le colgaron, estaba enojado, pero sobre todo sorprendido.
-¿Todo en orden?.- Preguntó con cuidado poniendo su mano en la cintura de Tenko.
-Ellos... Se niegan a seguir ayudándonos...
-Esta bien... Podemos arreglárnoslas sin ellos ¿No?
Tenko llevó su mano a la cara.- Son el único medio que tenemos para hacer cualquier trámite o tener servicios básicos... Sin ellos no podemos hacer nada, y en este momento... Necesitamos con urgencia un médico...- Volteó a darle una mirada al cuarto de June.- Prácticamente eran nuestro seguro para esta vida.
Touya se sorprendió.
No imaginaba que fueran tan importantes. Pero lo eran, era la única vía por la cual conseguir cosas saltándose todos los procedimientos legales. Siempre habían permanecido en contacto con Tenko y regularmente le daban dinero cuando todavía estaba en Tartarus, seguían valorando su ayuda en el pasado y seguía esperando que él, la encarnación de sus ideales, pudiera tenderles una mano nuevamente. Parecía ser que esa esperanza tenía un límite y al ver que luego de 3 años en libertad no había hecho absolutamente nada para ayudarlos a conseguir sus metas ya era hora de dejar de suministrarle atención. Aún sin un líder electo eran una organización bajo las ideas de Destro que buscaban darles a las personas el poder de hacer con sus quirks lo que les viniera en gana. Un amo de casa sin convicción no les servía en lo mas mínimo.
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All for Them [Shigadabi/Dabishiga Fanfic]
Fanfiction¿Cómo volver a empezar? Sobre todo cuando la parte más importante de tu vida, está apartada de ti. Eso sentía Touya al cumplir condena luego de la guerra. Tomar una vida desconocida, sentirse marginado y no poder vivir con la persona que más amaba...