All for Them [Shigadabi/Dabishiga Fanfic]

23 • Seguridad

June respiraba entrecortado, sudaba mucho, su ritmo cardíaco era un desastre y había inhalado mucho monóxido de carbono para un solo día.

-¿Ese es tu limite? Pensé que eras más fuerte.- Dijo uno de los entrenadores del Comité.

June trataba de recobrar el aliento.- No quisiera matarte.

-¿Matarme?

Se levantó del suelo.- Bueno, no exactamente. Pero mandé al hospital a mis últimos 4 entrenadores. Me pidieron que me contuviera contigo, Sensei.

Siendo honesta ya estaba cansada, quería darse una ducha y comer algo dulce. Así que lo mejor era terminar eso cuanto antes.

Respiró profundo y con un poco de concentración levantó una pared de fuego con su pie izquierdo apoyado firmemente delante de ella, un ataque frontal. El entrenador la esquivó apenas, rozar siquiera esas flamas doradas sería letal e intentó atacarla por la derecha. June lo vio y cambió el peso de su cuerpo a la pierna derecha, con la izquierda hizo una barrida que le sirvió de escudo ante el hombre que se había arrojado. Ella simplemente lo esquivó dejando que cayera al sueño envuelto en llamas.

La nariz de la menor comenzó a sangrar.- Deberían encender los extractores, podríamos intoxicarnos.- Comentó la chica mientras limpiaba su nariz mirando a los ventanales donde ella sabía que los estaban observando del otro lado.

El fuego del entrenador fue apagado pero del dolor había quedado inconsciente y ella salió del cuarto dando paso a los médicos del Comité.

-Es increíble que haya tanta maldad en una niña tan joven...- Murmuró uno de los supervisores.

-Es aterradora, pero tiene mucha habilidad, previsualizó el ataque de su oponente.- Mencionó otro.

-Idiotas, no es tan buena, solo tiene buenos reflejos.- Habló alguien en voz alta al fondo del salón. Todos voltearon a verlo, era el director de la U.A, Aizawa Shota.- Están sobre-estimándola, y peor aún, están juzgándola sin prestarle la debida atención.  Si no van a ser objetivos deberían volver a casa y dejarla en paz.

El director de la U.A no era del agrado de los administradores del Comité. Siempre arrojaba sus comentarios negativos cuestionando las acciones de esa gente. Había oído a alguno proponer terapias de conversión, eso honestamente era demasiado desagradable, solo iba por obligación.

Aunque esa niña fuera la hija de Dabi y Shigaraki, aunque haya matado a 18 jóvenes. Claro que no aprobaba sus actos, pero al menos tenía la consideración de analizar su comportamiento para saber si era tan peligrosa o no. No la conocía lo suficiente, pero podía darse cuenta que ella no disfrutaba de ninguna manera herir a los demás, no era como Himiko Toga o Shigaraki Tomura, y era consiente de que tampoco sentía remordimiento.

Sin embargo, los trajeados del Comité no la veían con ese discernimiento, solo veían una criatura destructiva sin sentimientos de puro poder y habilidades fuera de lo común. Era el Frankenstein que Konketsu había creado. También habían opinado lo mismo de Mahou y Ketsume, por eso mismo tomó cartas en el asunto y se las llevó a la U.A. Como director, él sabía mejor que nadie que no existía potencial sin un poco de locura, los mejores estudiantes de la U.A eran los más particulares, con sus rarezas y sus modos inusuales de ver el mundo. Era eso mismo lo que los impulsaba a romper sus limites.

En ese contexto, no podía descartar a Shimura June, ni dejaría que ellos cambiaran su esencia a la fuerza, ella debía aprender y valorar la vida por sus propios medios, solo así sería una heroína, solo así se volvería el Símbolo de la Paz. 

Encerrada en ese lugar y bajo el cuidado de esa gente, no había posibilidades de conseguir esa meta.

-Que arrogante, Eraser. Esa niña es una criminal, y no deja de cometer actos perniciosos. No es una de sus excéntricos estudiantes, y le aseguro que si la dejáramos ser solo se volvería un problema, ya sea porque cause más daños o por que se vuelva una mediocre como Sako y Toga.- Comentó Okumo con su postura propia de un ex-guardia del Tartarus.- He tratado con criminales durante años, sé de lo que hablo.