Fuera de la residencia Todoroki se encontraba una gran cantidad de gente agolpada para expresar su repudio a la liberación del villano conocido como Dabi. Eran tan solo las 8 de la mañana y esa gente se encontraban ahí, y claro, todos los periodistas dispuestos a cubrir la noticia.
Dabi, o mas bien dicho de ahora en adelante, Touya se levantó de la cama y abrió las cortinas. Era entendible el gentío fuera de la casa, pero esperaba que sus manifestaciones no se oirían hasta mas entrada la tarde.
-Maldita sea...- Exclamó Touya cerrando la cortina evitando así que la gente en la calle lo continuará viendo, perezosamente se puso una camiseta holgada y salió a la cocina caminando por el patio interior. Desde ahí se podían oír aun mas los gritos y eso comenzaba a hastiarle.
Keigo tomaba su café apoyado en la puerta de la cocina que daba hacía al patio interior.- Buenos días.- Expresó con alegría. Como si los ruidos de fuera de la propiedad fueran cosa de todos los días.
- Oye... ¿Quedo de eso?.- Preguntó Touya en un tono algo adormilado.
Keigo asintió y señaló la cafetera en la esquina del mesón, el albino caminó hasta el aparato, tomó una cápsula de expreso y la introdujo en la cafetera.
Cuando tomó su taza se sentó en el pórtico junto al rubio. Era cierto que odiaba el griterío, pero de alguna forma el ruido le daba curiosidad.
-No me digas que el viejo puede dormir con todo este ajetreo.- Preguntó incrédulo Touya.
Keigo asintió esbozando una sonrisa debajo de la taza de café.- Tu padre tiene el sueño bastante pesado... Es un gran tumulto el de ahí afuera, no creo que debamos salir hoy.
Touya dio un sorbo al café caliente y agradable.- Tengo reunión con mis abogados, y debo hablar con mi consejero de libertad condicional, se supone que debo actualizar documentos, buscar trabajo y buscar un psicólogo...
-Entiendo... Te deseo suerte.
Keigo dio media vuelta y entró a la casa. Dado al alboroto afuera y a que se iba a tomar unos días de la agencia simplemente camino nuevamente al cuarto y abrazado a su esposo esperaba volver a conciliar el sueño. Además el clima nublado no ayudaba, era un clima perfecto para pasarse el día en la cama. Lastima que Touya no tenía esa opción.
Los tramites son algo tediosos para todo el mundo y son especialmente abrumadores para aquellos que desconocen el funcionamiento de la burocracia. Precisamente Touya pertenecería a ese ultimo grupo y sin olvidar jamás que allá donde él fuera una comitiva de manifestantes irían tras él para dejarle en claro y recalcarle que lo despreciaban.
-¿Qué sabes hacer?.- Preguntó su consejero de libertad condicional asignado. Intentado obviar los gritos detrás de la ventana de aquella pequeña oficina.
-No mucho... Limpiar, cocinar, cosas básicas...
El consejero comenzó a revisar en su computadora el listado de trabajos para ex-convictos que le llegaban y así poder asignarle alguno a Touya. Su expresión de descontento no era gratificante, algo le decía que tendría que esperar un tiempo antes de conseguir un empleo.
Finalmente levantó la cabeza con una amable sonrisa.
-Pues un restaurante no muy lejos de aquí necesita un ayudante. Supongo que solo te harán limpiar los baños y los platos, pero será bueno para ganar experiencia.- Antes de continuar la explicación de aquel empleo disponible volteó a la ventana y suspiró.- Aunque puede que te despidan si esto sigue así... Seguiré buscando por si acaso.
Aquello no fue nada alentador.
El resto del día fue similar, tomar un taxi y salir de el topándose con una nueva muchedumbre de gente molestando, sin mencionar las miradas furtivas de aquellos que se cruzaban en su camino y que nada tenían que ver con las manifestaciones. No era el mismo grupete indignado moviéndose junto a él, eran varios grupetes estratégicamente organizados para molestarlo y vaya si lo estaban consiguiendo. Su casa, las oficinas de sus abogados y la consejería eran los principales epicentros de aquellas agrupaciones.
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All for Them [Shigadabi/Dabishiga Fanfic]
Fanfiction¿Cómo volver a empezar? Sobre todo cuando la parte más importante de tu vida, está apartada de ti. Eso sentía Touya al cumplir condena luego de la guerra. Tomar una vida desconocida, sentirse marginado y no poder vivir con la persona que más amaba...