19 • Confianza

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Touya sintió una bola de fuego rozándole el cabello, tuvo que agacharse para esquivarla, un solo toque y se quedaría calvo, y en realidad eso le preocupaba más que perder la vida.

El lugar por el que corría era estrecho y al final del corredor solo había una ventana por la cual salir, tal vez podía saltar, pero no quería ser injusto con ella, aún si ella no era nada justa para pelear. Vio las paredes prenderse fuego lentamente y quebrarse en el proceso. Se sentía como un ratoncito dirigido por el olor a queso, lo tenía donde ella quería.

-Mierda...- Murmuró antes de abrir la ventana, tendría que saltar de todas formas.

Pero antes de aventarse de la ventana se cruzó con esos orbes carmín y pestañas largas.

-Hola papá ¿Ibas a saltar?.- Dijo la pequeña con una sonrisa. Estaba colgado boca abajo desde la ventana del piso superior, su cabello albino flotaba en el viento como una nube.- ¿No es poco alto? ¿Por qué no regresas?

-Por qué estas quemando la estructura del edificio, cariño. Y papi no quiere morir.- Se sentía acorralado, sentía calor y el aire pesado. El monoxido de carbono del fuego de su hija ingresaba lenta y dolorosamente en sus pulmones, necesitaba aire fresco.

Ella sonrió y se aventó primero, cayó unos 5 pisos, amortiguó la caída con una técnica que le había enseñado él mismo. Usar unas flamas y su calor residual para embolsar el aire, así serviría como un colchón que frenaba la caída, lo había dominado fácilmente como todo lo que le enseñaba, era prácticamente una esponja de conocimiento.

Una vez en el suelo, ella colocó sus manos en las caderas.- ¿Vas a bajar? Padre nos espera.

Touya no quería, la conocía lo suficientemente bien para saber que algo iba a hacer en cuanto el se arrojará desde la ventana. Sin embargo, del otro lado el fuego avanzaba y el aire era más insoportable.

June no contenía más la risa que le daba el nerviosismo de su padre. Juntó sus dos manos y desplegó una manta de fuego sobre ella, para ella eso era un juego, el fuego solo era brillantina y la cenizas eran confetti. Le habían enseñado de todo menos la responsabilidad que conllevaba tener un poder tan fuerte, esas normas ético-morales que había implantado la sociedad. Al final, se arrepentía de no haber hecho caso a los procedimientos normales. Ella no era capaz de comprender lo masivo que era su quirk y si lo era, no le importaba.

-Vamos, papá, tienes que bajar.- Al ver que Touya no se movía, sonrió de lado tal como lo hacia Tenko y apagó el fuego que continuaba en el edificio.- Cobarde...

El mayor suspiró y bajó del edificio por las escaleras, o lo poco que quedaban de ellas.

-¿Era necesario hacer eso? Sabes que estoy muy viejo pera esto.- Dijo el mayor caminando hacia ella.

Ella traía su cabello ondulado corto hasta los hombros, una blusa a cuadros amarillo y blanco, jeans blancos y una sandalias beige. Siempre que la veía le recordaba a Tenko, principalmente por ese cabello característico de su marido. Aún así todos le decían que era más parecida a él, para él era difícil verlo, a sus ojos, cada año se parecía más a Tenko.

Ambos comenzaron a caminar por el sendero rumbo a la casa de veraneo. Ella amaba el clima tropical, al igual que él, ambos odiaban el frío, era lindo estar ahí en Kyushu aquel fin de semana para variar. No visitaban mucho esa isla.

-Pensé que sería divertido ver qué decisión tomabas.- Colocó su dedo índice en su labio inferior mientras miraba el cielo.- Fue un poco decepcionante.

Touya soltó una carcajada y tomó a la niña del hombro acercándola hasta él.- Lamento ser aguafiestas, cariño. La próxima verás de lo que soy capaz.

All for Them [Shigadabi/Dabishiga Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora