Una boda siempre es motivo de alegrarse. Podían ser de lo mas llamativas llevando el concepto de maximalismo y derroche de dinero al siguiente nivel o podían ser intimas y modestas. Pero otras, son mas difíciles de llevar que otras.
-¡¿Rechazado?!.- Preguntó en un grito mientras golpeaba la mesa de su lado del vidrio.
-Así parece...- Contestó Touya. Recostándose en la silla.- Uno de tus tantos derechos revocados.
Tomura recostó su cabeza en la mesa y bufó.- Claro... Ahora lo recuerdo. En ese entonces no me importaba en lo mas mínimo como para poder recordarlo.
Touya se rio. Aunque por dentro estallaba en rabia y deseaba poder incendiar todo el ayuntamiento y exigir poder casarse con aquel hombre.
Era impresionante lo cruel que podía ser la vida. Esos dos tipos jamás habían sido plenamente felices y pareciera que cada vez que intentaban cambiar el rumbo de los acontecimientos siempre habría alguien o algo ahí para impedirlo. Era ridículo, se oficializaban docenas de bodas al día ¿por qué ellos debían ser la excepción? ¿Era parte del castigo?
-No lo necesito.- Se apresuró a decir Tomura. Touya levantó la cabeza y lo miró.- No necesito un papel que me permita ser tu esposo.
Touya se cruzó de brazos. No tendría problema en seguir esa lógica solo para sentirse mejor consigo mismo. Pero seguía siendo frustrante, y en el fondo él sabía que no era suficiente. No quería conformarse con tener un esposo a medias y una vida a medias.
-Sabes que yo tampoco lo necesito. Pero esto va más allá, no es justo que nos hagan esto.
Tomura asintió.
Un momento de silencio se hizo entre ambos mientras pensaban en alguna movida estratégica para eludir la ley y poder casarse formalmente. Cuando, casi por providencia del destino, apareció un guardia del lado de las visitas. Touya lo recordaba, un guardia particularmente cómplice con los reclusos, ayudaba en recados por un precio módico. Okumo era su apellido, nunca se preocupó en aprenderse los nombres de pila de ninguna autoridad dentro del Tartarus.
-Dabi, la directora quiere verlo.
Touya y Tomura se miraron a través del vidrio. Ambos igualmente confundidos.
-¿Directora? Siempre creí que era un viejo decrépito el director de la prisión.
Okumo asintió.- Lo era hasta hace unas semanas. Tenemos nueva jefa y ella quiere verte.
Touya se encogió de hombros y luego de despedirse de su prometido, si es que podía llamarlo así en ese complejo momento.
Ambos caminaron por las instalaciones, era curioso como aún viviendo 8 años en ese lugar era tan diferente a como se lo imaginaba. Subieron hasta el último piso por el ascensor y entonces entraron a un cuarto enorme, con ventanales que permitían ver la ciudad y una pared atestada de cámaras que no dejaban recoveco sin supervisión.
Touya dio unos pasos adelante viendo como Okumo se paraba derecho junto a la puerta. La susodicha mujer se sentó en la silla y ofreció asiento al invitado. Mujer linda, cabello castaño largo enmarañado sujetado por un lápiz, gafas chuecas y ropa más bien cómoda, nada elegante como esperaba de alguien con un puesto como aquel. Se sentó delante de ella.
-Señor... Todoroki, que placer conocer finalmente al hombre del momento.- Expresó con alegría.- Usted sin dudas es una celebridad. La gente lo sigue a donde quiera que vaya y siempre hay alguien en televisión hablando de usted.
Touya no se sentía orgulloso de esa atención, aunque si le gustaba ser mencionado en cada medio de difusión del país, claro que en ese punto de su vida solo quería una vida tranquila alejada de lo que fue el villano Dabi del que todos hablaban.
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All for Them [Shigadabi/Dabishiga Fanfic]
Fanfiction¿Cómo volver a empezar? Sobre todo cuando la parte más importante de tu vida, está apartada de ti. Eso sentía Touya al cumplir condena luego de la guerra. Tomar una vida desconocida, sentirse marginado y no poder vivir con la persona que más amaba...