Me costó horrores dormir, mi mente le daba mil vueltas a todo y conciliar el sueño se convirtió en una pesadilla. La alarma indicaba las ocho y media de la mañana, teniendo en cuenta la de vueltas que di en la cama supuse que me dormí casi a las cuatro de la mañana.
Christy seguía en un sueño profundo así que, agarré la toalla y me dirigí al diminuto cuarto de baño que teníamos. Coger una habitación con un baño más grande ya era un presupuesto más alto y optamos por gastarlo en el envío de mis pertenencias, así que tampoco me molestaba. Me lavé el pelo, lo envolví en una toalla porque no quería encender el secador ya que, si lo hacía, podría despertar a Christy.
Busqué entre el armario qué poder ponerme, aun hacia calor, pero no tanto como para ir tan veraniega. Odiaba este clima o hacia calor para ir fresca o hacía frío para parecer una cebolla. Este punto intermedio me daba una rabia increíble.
Unas medias finas, negras y transparentes me sacaron del apuro. Unos vaqueros cortos, camiseta gris básica y unas botas fueron lo que decidí para este clima de mierda. El pelo húmedo me resbalaba casi por media espalda, ya se secaría por la calle.
Miré la mochila negra básica con un llavero pomposo gris y me aseguré de que tuviera todo lo que necesitaba dentro. La inocente de Christy seguía durmiendo, pero yo debía aprovechar el rato antes de ir a mi primer día de clase. En el chat con mi madre tenía el cuarto de Teo, así que me dirigí al piso y llamé a la puerta.
―¿Lucy? ―Inquirió Ray.
Vaya, otro que no me llama Lucía.
―Buenos días, ¿dormías?
―Estaba sonando mi alarma justo cuando has llamado, espera, ¿te has duchado y todo? ―Observó mi pelo aun mojado.
―Sí, es que verás... necesito que me acerques a una tienda de telas antes de ir a clase, para hacerle a Christy un conjunto. No me importa si está Teo si ese es tu inconveniente ―supliqué.
―Teo no suele estar casi ninguna mañana a esta hora, pasa anda que tengo café en la mini nevera.
Me metí dentro de aquel cuarto, visiblemente supe donde dormía Teo. Ropa de deporte y un par de pósteres de Taylor Swift y Ariana Grande, la cama hecha y un conjunto de boxeo colgado en la silla.
Ray me tendió un café de la mini nevera que tenían entre las dos camas individuales, seguía con un pantalón de pijama y la cama deshecha. Me sentía mal por haberle jodido la mañana, bueno no mucho. Solo un poco.
―Pregunta, va.
―¿Qué?
―Dispara, Lucy.
―Si ya lo sabes, por qué he de verbalizarlo ―me crucé de brazos.
―Porque soy yo quien ha de llevarte en coche ―dijo alzando una ceja, agarrando un café.
―De acuerdo ―dije alargando la última palabra―. ¿Y Teo?
―En el gimnasio, hace boxeo, aunque creo que eso lo sabes y tiene combates a menudo. Casi cada día antes de ir a clase pasa por ahí, de hecho, me levanto a esta hora para llevarlo luego a clase.
―Ah, perfecto. Has dado a entender que me llevas.
―No tengo inconveniente en ello, me caes bien Lucy. Siéntete como en tu propio cuarto, me voy al baño a darme una ducha rápida y cambiarme.
Agarró la ropa y una toalla para dirigirse al diminuto baño, debieron pasar diez minutos en total. Seguía con la mochila colgada y es que estaba nerviosa por toda esta situación, no sabía mucho de la vida de Teo aquí. Ni de nada en general.
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A TRAVÉS DEL MUNDO || BILOGÍA TIEMPO 2
Roman d'amour¿Por qué callar si nació gritando? Lucía es un terremoto, experta en romper las reglas y no ceñirse a ellas. Con un sueño por delante, se ve envuelta en situaciones en las que, para poder deshacerse del miedo que tiene adherido en lo más profundo de...