A veces era una persona demasiado bruta, no tenía filtros para absolutamente nada y eso me ocasionaba demasiados problemas. Creo que fue un escudo para defenderme de la gente en general, una vez que me sentía atacada tenía una lengua viperina y por ello, no tenía reparos en decir cualquier cosa que se me cruzara por la mente.
―Creo que tienes buen gusto para decorar ―comentó Christy.
Había dejado de ayudarme cuando la ropa estaba colocada en el armario y yo dejaba algunas cosas en las estanterías. Mis padres mandaron con antelación cajas para que pudiera dejar mis pertenencias, así que me encontraba abriendo cajas a cada hora porque cada una llegaba cuando quería.
―Es preciosa ―dijo Christy acercándose a la máquina de coser.
Era eléctrica, tenía hasta función de bordado. Sus colores eran preciosos puesto que era blanca y azul oscuro. Mi madre mandó a que la personalicen y tiene en una esquina mi nombre. Invirtieron mucho dinero en ella, para intentar realizar mi sueño. Como si fuera el incentivo que me faltara para no rendirme.
―Mis padres colaboraron para que fuera así, ideal ―murmuré mientras colocaba todo perfectamente, sin enchufarla ya que eso solo lo hacía cuando iba a usarla.
―¿Te gustaría diseñarme un vestido? ―Inquirió Christy.
―¿Qué? ―Me giré a mirarla, ella estaba distraída con el corcho donde había puesto mis retales y diseños varios.
―Habrá miles de fiestas, me encantaría llevar algo tuyo.
―Nunca le he diseñado nada a nadie, Christy.
―¿Ni a tu madre? ―Preguntó curiosa―. Teo me comentó que es famosilla, pensé que ella llevaba algo tuyo.
―A veces Teo debería cerrar ese pico de oro que tiene ―gruñí por lo bajo, cerrando mi caja de hilos.
―No entiendo por qué os lleváis mal ―dijo acercándose a un marco de fotos con mi familia―. Se os ve muy unidos.
―Adoro a mis padres y a mi familia en general, Teo es solo el hijo de los mejores amigos de mis padres.
―Pero os habéis criado juntos, ¿no?
―Sabes más de lo que me preguntas Christy ―apunté.
―Eres muy perspicaz.
Me encogí de hombros, mientras vislumbraba la habitación. No era nada del otro mundo y tenía intención poner algunas lucecillas colgantes para darle ambiente a mi parte del cuarto. Para nada iba a ser igual de confortable que mi habitación, con aquella cama que tenía una forma de E sin la rayita del medio y mis plantitas con luces decorando aquellas maderas blancas de la cama.
―Cuando te ha tocado ser la persona que lleva un escudo y una espada, aunque no haya un peligro a la vista, aprendes algunos truquillos ―dije sin importancia.
―Eres una caja de sorpresas, Lucy ―reía Christy.
―Dímelo tú, que has venido de Reino Unido a Utah ―inquirí cruzándome de brazos.
―Ah yo adoro mi país, de hecho, me supo muy mal irme de Escocia ―explicaba con tranquilidad―. Me fui porque soy... ¿Cómo me llamó Teo? Algo de inquieto.
―Un culo inquieto ―negué con la cabeza.
―¡Exacto! ―Reía―. No sé estarme quieta y quería probar, tuve la oportunidad de estudiar aquí y vaya, no me arrepiento. Es mi segundo año y adoro Estados Unidos, aunque como casa ninguna.
―Nunca he estado en Reino Unido.
―Te encantaría, te pega muchísimo. Teo siempre me habla de Madrid y de lo mucho que le encanta su ciudad, se vuelve un melancólico hablando de los planes que hace ahí con sus amigos. La vida es muy diferente aquí, tanto académica como socialmente, pero una se acostumbra. Te lo aseguro.
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A TRAVÉS DEL MUNDO || BILOGÍA TIEMPO 2
Romance¿Por qué callar si nació gritando? Lucía es un terremoto, experta en romper las reglas y no ceñirse a ellas. Con un sueño por delante, se ve envuelta en situaciones en las que, para poder deshacerse del miedo que tiene adherido en lo más profundo de...