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Aún recuerdo la cara que puso Christy cuando entré en la residencia tras unas buenas horas fuera, de hecho, llegué justo para cenar algo y arreglarnos para la fiesta. Me comentó que el requisito de esta fiesta era llevar algo de cuero, vaya.

―Sigo sin creerme que lleves todo el pelo azul ―decía ella a la par que ingería un bocadillo.

Yo estaba acabándome el mío mientras rebuscaba algo de cuero entre mis prendas, había pensado en llevar la chaqueta, pero sería algo muy obvio, y, a estas alturas no me apetecía. Me puse unos pantalones anchos con bastantes bolsillos de cuero. Unas botas con algo de plataforma y de arriba un top gris de manga larga.

―A veces no logro entender como da igual lo que te pongas, estás putamente guapa ―decía Christy.

―Solo has de jugar y arriesgarte ―me encogí de hombros.

―No, ahora no te hagas de menos ―me apuntó con la barra de pintalabios―. Déjame pintarte los labios, anda.

Me dejé. Le prometí a Christy que esta vez no bebería hasta el punto de no acordarme de nada, quería disfrutar de la fiesta y pasármelo bien. Levantarme al día siguiente y poder acordarme de todos los momentos, aunque eso era muy peligroso porque si no eran del todo positivo... me iba a la mierda.

Me delineó los labios con sumo cuidado, creo que usó tres productos. Parecía sacada de la época en la que nacieron mis padres, con los labios jugosos en tonalidades nude.

Ella iba monísima con un vestido en verde pastel, ajustado y de tirantes a juego con una chaqueta corta de cuero y unas botas por la rodilla. Si la veías era la tentación personificada.

―¿Por qué cuero? ―Inquirí agarrando mi característico bolso.

―A veces es encaje, otras algo rojo... es divertido ver variedad cuando llegas. Unos llevarán chaquetas, trajes, vestidos... es menos aburrido por decirlo de alguna manera.

―¿Nos lleva Ray?

―Sí, como siempre. Creo que Trevor ya irá por su cuenta con Melanie, espera ―dijo deteniéndose frente a la puerta―. ¿Te han visto?

―No, la verdad que solo tú.

―Esto va a ser divertido ―reía Christy.

La luz era tenue porque era de noche, no había ni un alma y los coches brillaban por su ausencia porque muchos se iban por ahí. Cuando nos acercábamos al coche de Ray, estaban fuera charlando y es donde pude divisar mejor qué llevaban.

Ray optó por un chaleco similar al de alguien que pertenece a una banda de motoristas, iba sencillo en tejanos y camiseta de manga corta blanca. Visto así, sí, estaba viendo el personaje de una película estadounidense.

En cambio, Teo, llevaba unos tejanos negros, sus deportivas blancas y desgastadas. Raramente llevaba una camiseta negra y una cazadora de cuero que me parecía la quinta maravilla, si se me pregunta. No me había puesto chaqueta porque era consciente del calor que iba a pasar, no quería repetir experiencia.

―¿Lucy? ―En cuanto Ray me nombró, Teo se giró lentamente hacia mí con la boca en forma de o. Como si fuera a decir algo, pero se callara de golpe.

―La misma que viste y calza ―solté.

―Te has teñido todo el pelo ―señaló Teo―. ¿Es...?

―Lo es.

―Pensé nunca viviría para ver esto ―decía Teo.

El resto nos miraba como si estuviéramos hablando en chino, no entendían qué queríamos decir, pero Teo era consciente que algo en mi vida debía haber cambiado mucho como para arriesgarme de tal manera. Vi como media sonrisa se le asomaba, otra persona se asustaría porque era algo espeluznante y más bajo la tenue luz del parking frente a la residencia, pero no, distaba de darme miedo. Creo que Teo no podría darme nunca miedo, más bien, adrenalina.

A TRAVÉS DEL MUNDO || BILOGÍA TIEMPO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora