TEO
La veo confusa, realmente no sabe qué decir. Abre y cierra la boca como si fueran a salir palabras, pero aprieta los labios nerviosa, incluso se muerde el labio inferior. Es una costumbre que tiene cuando está a nada de perder los papeles.
Me apoyé en la puerta de brazos cruzados, ¿qué debe de estar pensando Lucía en estos momentos? No entiendo mucho, algo se le debe estar pasando por la cabeza. Se le nota agitada, como si su interior temblara y los cimientos que tanto le ha costado aguantar se destruyeran poco a poco.
Los nervios se apoderan de Lucía, veo como se mueve por su habitación como si estuviera buscando el tesoro de Indiana Jones. Se acerca al escritorio y agarra su iPad, si alguien agarrara aquello... hay literalmente de todo, aunque no se muy bien qué está buscando.
Desliza el dedo por la pantalla, odia hacerlo y soy consciente de que luego la limpiará. Prefiere usar el lápiz, manías suyas.
Desprender a Lucía de su iPad es impensable, pasa igual con sus cascos. Tiene fotos, diseños, apuntes... podría resumirse que su vida entera está ahí. ¿Qué mierda estará buscando que tarda tanto?
Se ha puesto demasiado alterada, veo como el pecho sube y baja con dificultad. ¿Un ataque de pánico? No lo sé, me recuerda más a cuando va a perder los nervios. No suele sucederle hasta este punto, más bien te ataca verbalmente y se queda ahí, pero ahora...
Quisiera llamar a Alejandro, quizá a Leo que es su padre... aunque sé que con Alejandro se calmaría, siento que estando yo aquí puedo intentar ayudarla. Un mínimo, quizás.
Y pensar que le he roto el corazón, me mata realmente y no puedo negarlo. No hice nada bien y ni si quiera sé por qué trato de arreglar algo que no puedo. Le he hecho daño, soy consciente de ello y, aun así, no puedo evitar acercarme a ella. Es hipnótico.
―¡Tremenda hija de puta! ―Exclama Lucía haciendo zoom en algo que ha visto.
Lanza el iPad de mala hostia en la cama, solo hacía que decir insultos a la nada puesto que no sé si realmente me insultaba a mí o a alguien en concreto del cual yo no era conocedor.
―¿¡Quieres parar!? ―Exclamo.
―Es que, Dios ―decía sin parar de moverse por la habitación.
―¿Puedes explicarme qué pasa? ―Intento decirle, en vano.
Quisiera decir que me dijo qué coño estaba pasando, pero no. Abrió la puerta de golpe y se dirigió al comedor. Fui tras ella, miró a su alrededor mientras murmuraba algo que yo no lograba entender. Dirige su mirada al resto de gente que está sentada charlando animadamente, bastante agitada.
―¿Y Daniela? ―Inquiere nerviosa.
―Le ha llamado su madre, ha tenido que irse ―comenta su madre frunciendo el ceño―. Pensé que te habría mandado un mensaje.
Gira tras sus talones a toda velocidad, no estoy entendiendo nada. Se coloca las Converse a una velocidad nunca vista y agarra el abrigo de un manotazo. Quisiera frenarla, pero cualquiera que se le acerque va a recibir el veneno que tiene en la punta de su lengua.
Sale disparada por el comedor, corriendo tras ella agarro el abrigo que está cerca del recibidor. Noto las miradas del resto, Leo está levantándose del sofá, Alicia de la mesa y Alejandro igual.
―¿Qué hacéis? ―Inquiere Alicia.
―¡VOY AL PUTO PORTAL! ―Exclama Lucía casi en la puerta de la entrada.
Hacen el amago de levantarse, pero alzo la mano.
―Ya me ocupo yo, no os preocupéis ―digo a toda prisa para lograr alcanzar a Lucía. Sé que me harán caso.
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A TRAVÉS DEL MUNDO || BILOGÍA TIEMPO 2
Romance¿Por qué callar si nació gritando? Lucía es un terremoto, experta en romper las reglas y no ceñirse a ellas. Con un sueño por delante, se ve envuelta en situaciones en las que, para poder deshacerse del miedo que tiene adherido en lo más profundo de...