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Han pasado varios días, soy consciente de ese suceso. Creo. Bueno. No lo sé. Estoy tan confusa, que los pensamientos se me enredan como aquel día de Navidad en el que has de desenredar las luces, tras un año ahí guardadas en una caja destartalada de tanto tiempo de uso que tiene.

No imaginaba a Teo en ese tipo de ambiente, es decir, no es un Santo en la cama y de eso sí que era consciente, pero... me ha sorprendido para bien. De hecho, me ha gustado demasiado. Eso no debería ser así, porque es como una adicción y sigues queriendo más y más... insaciable. Puto Teo.

Eso ya es una muletilla.

Puede ser.

Desde aquel día, he tomado distancias con Teo. No me veo capaz de asimilar que siento algo fuerte por él, de pequeña me gustaba de una forma inocente y sencilla... ahora todo se ha complicado. Me ha roto el corazón de una forma nunca vista, yo esperaba que me dijera que me quedara y aunque una parte de mí se quería quedar, el miedo me invadió. Podría haberme quedado yo, pero, ¿realmente él quería eso? He acabado siendo una más en su lista de quehaceres. En su lista de conquistas o de gente que se ha tirado, yo que sé. Creo que ya no sé nada y que puede ser que esté perdiendo la cabeza. Como Alicia.

Hemos estado distanciados, hablando con palabras mínimas por educación en un grupo de gente, es lo que tiene que ahora nos juntemos con las mismas personas. Tampoco es como si nadie supiera qué pasó, de todas formas, ni si quiera nadie hizo un solo comentario. Lo agradecí.

A pesar del distanciamiento, he notado como Teo sigue pendiente de mí y eso hace que sienta una confusión enorme. ¿Por qué hace esto? No logro visualizar el concepto, me agobia. ¿Ha querido hacerme daño?, ¿tanto me odiaba como para coger mi corazón, juguetear y estrujarlo hasta romperlo?

No lo veo necesario.

Mientras, seguía con el traje de combate de Teo, ultimando detalles ya que debía acabarlo y me entretuve con mi disfraz de Halloween. Christy estaba por detrás, le relaté lo sucedido con Teo y para nada estaba sorprendida de cómo era él en la cama. Supongo que lo vio normal, estuve a nada de derrumbarme, pero mantuve la mirada fija en la tele que tenía delante.

―Estoy segura de que a Teo le gustan otras cosas que las que te hizo en la cama, Lucía ―comentaba ella.

―No lo he dudado ―murmuré.

―Lucía... ―Decía con cuidado―. Tú sabes que estuve saliendo con Teo, ¿no?

―Sí, ¿por?

―Bueno, es que veo apropiado decirte que yo también me acosté con él. Por eso sé qué hace... otras cosas en la cama.

Frené la máquina de coser de golpe, no por sus palabras si no porque no me estaba concentrando mucho con aquella conversación de fondo. Sabía que estuvieron juntos, Christy podía ser el tipo de cualquier persona y más con aquella seguridad que desprendía.

―Entiendo ―dije cogiendo aire y volviendo a arrancar la máquina. Ya faltaba poco.

―¿Quieres hablar del tema?

―Estoy bien Christy, él tiene un pasado como todos. No es que yo nunca hubiera hecho nada.

Recorté los hilos sobrantes, pasé la plancha de vapor y lo puse en una percha con funda. Subí la cremallera y suspiré.

―¿Puedes dársela a Teo? ―Dije pasándole la percha.

―¿Por qué no bajas tú y...?

―Por favor, sabes que iré al combate.

―De acuerdo ―suspiró―. Ahora vengo.

En el tiempo que estuvo en el cuarto de Teo y Ray, me dediqué a recoger la mesa y a barrer. Odiaba dejarlo todo perdido. Ni si quiera quería la opinión sobre lo que le diseñé a Teo, no la necesitaba. Sabía que mi trabajo estaba bien hecho, aunque igual (solo igual), me fui un poco por otras ramas conforme fui confeccionando.

A TRAVÉS DEL MUNDO || BILOGÍA TIEMPO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora