A TRAVÉS DEL MUNDO || BILOGÍA TIEMPO 2

33

La sangre brotaba de la cara de Teo con ganas, no es que este se quedara atrás en el combate y daba hostias como panes, pero esquivar las de James era otro nivel. Uno bastante complicado.

―No va bien el asunto... ―Mustió Ray.

―¿Por qué no le pega? ―Inquiero intentando acercarme al ring.

―Ni te acerques ―dice Ray arrastrándome hacia atrás.

―¡No le está dando! ―Exclamo.

―Sí lo hace, pero ya te hemos dicho en qué condiciones podría venir James.

―¿Cuántas rondas tiene esto?

No era consciente de lo largo que puede hacerse un combate de estos, Teo suele acabar con sus contrincantes con bastante rapidez por lo que no sé cuánto rato pueden estar pegándose ahí arriba y se me estaba haciendo eterno.

―Pues... ―Niega Ray con la cabeza.

―Ray ―demando.

―Hasta que uno acabe en el suelo y no pueda levantarse ―me aclara Ray―. Ya sabes que... cuanto más dura, uno más se cansa.

―Va a matarlo ―señalo con el dedo―. Está loco ese tío.

―Lo sabemos ―murmura Trevor.

―¿Y por qué nadie le ha dicho que no se suba? Joder ―empiezo a perder los nervios.

―Le advertimos de cómo podían ser los acontecimientos, le planteamos todo tipo de posibilidades, pero no le digas a una serpiente con el veneno en los colmillos que no dispare a matar ―comentaba Trevor―. La sed que tiene Teo de soltarlo todo...

Por los megáfonos iba escuchando como James estaba ganando terreno, no estaba entendiendo nada. Tenía hasta calor ahí dentro. El pelo largo me molestaba, todo me picaba y sentía un nudo en el estómago. Teo no podía mantenerse en pie apenas, se caía y se levantaba, pero una hostia imprevista volvía a tumbarlo.

―¡Teo! ―Exclamo.

―¡¿Qué haces?! ―Exclama Trevor―. ¡No lo desconcentres!

Intenté acercarme de nuevo el ring, pero Trevor me sujetó por el brazo para frenarme.

―¡Suéltame, Trevor! ―Dije removiéndome.

―¡No puedes acercarte! ―Exclama él.

Doy un movimiento brusco, me he hecho algo de daño en el brazo ante el gesto, pero me aparto de él para acercarme a las cuerdas. La gente no suele hacerlo y como esto es la zona sin normas, tanto les da que yo esté cerca de las gruesas cuerdas.

―¡Teo levanta! ―Exclamo mientras él está en el suelo, veo que respira, pero no se mueve del sitio.

Tiene la cara ensangrentada, el cuerpo lleno de salpicaduras de sangre y aunque James esté destrozado por las hostias de Teo... no tiene ni punto de comparación. Veo como se le acerca de nuevo desde la otra punta del ring, ¿tan grande es un puto cuadrado?

―¡Teo joder! ―Inquiero chillando―. ¡Tienes que levantarte!

Saco del bolso un cigarro y lo enciendo con las manos torpes, guardo el mechero en algún bolsillo de la chaqueta. Con el cigarro encendido en mi boca, salto como puedo para colarme en las cuerdas.

―¡Lucy! ―Escucho una voz femenina tras de mí.

Me saco el cigarro de la boca y se lo pongo a James en el pecho. Estaba a un palmo de mí y no sirvió de mucho, pero la quemadura se le notaba ya que lo sostuve durante un rato.

―Puta loca de mierda ―gruñía James―. Yo no pego a las mujeres, sal de aquí y deja que reviente a tu novio.

No iba a aclarar si era o no mi novio, estaba inconsciente en el suelo. Respiraba con lentitud y no lograba levantarse.