Un Tesoro al que Llamar Mío (Pokémon Escarlata Y Púrpura)

Por No Perder

Tres días antes del ataque al Escuadrón Segin, Florian, Juliana y Noa acababan de decidir ir a hablar con Anán para aclarar las cosas y evitar problemas con el Team Star.

Florian: En fin, me voy a dormir. Ha sido un día muy largo y me he ganado un buen descanso. Cuento contigo para arreglar todo este lío en el que nos ha metido Casiopea, Juliana.

Juliana: Tú tranquilo, yo lo conseguiré.

Noa: Bueno, espero que puedas arreglar todo esto y lo siento de nuevo, no pensé que esto pudiera pasar.

Juliana: Ya te hemos dicho que no te preocupes por eso. ¿Vas a seguir en la Operación Stardust?

Noa: Después de todo esto, no creo.

Juliana: Haces bien. Ojalá nos volvamos a ver pronto en una situación menos tensa.

Noa: Lo mismo digo.

Los tres tomaron distintos caminos y llegó la hora de intentar dormir. Florian estaba un poco preocupado por lo del Team Star, pero confiaba en que su hermana podría resolverlo todo por sí misma dialogándolo. Y si no resultaba, él era fuerte, podría derrotar a casi cualquiera con un poco de esfuerzo... o eso es lo que se hubiera dicho hace algunos días. Después de un combate tan reñido contra Araceli, cuando ninguno de sus pokémon deberían de tener problemas para lidiar con ellos, y una victoria dada por el azar contra Brais, aún teniendo ventaja de tipos con Charcadet y Wooper; empezaba a dudar de sus capacidades. Él era fuerte y bueno combatiendo, siempre se lo habían dicho, pero contra Araceli vio que los mismos estudiantes que lo tachaban de genio consiguieron ganarle con la mitad de dificultades que él.

Florian: ¿Qué me pasa últimamente?

Un bostezo escapó de él, estaba bastante cansado. Probó a cambiar de postura para intentar dormir, pero su cabeza estaba decidida a encontrar cual era el problema antes de acostarse. Florian sacó a Quaxwell de su pokeball para tener a alguien de confianza que le escuchara y pudiera mantenerse tranquilo.

Florian: Combatir ya no es tan divertido como antes. Prefiero mil veces los combates casuales que enfrentarme a los gimnasios. ¿Debería abandonarlo y entrenar por mi cuenta?... No puedo hacer eso a estas alturas, pensarán que me he salido por débil. ¿Cómo habrá sido que toda la escuela empezó a pensar que yo era un genio de los combates?... ¿Pero qué pregunta es esa? Evidentemente Mencía me habrá puesto por las nubes. Al principio hasta me costaba encontrar con quien combatir en la academia porque nadie quería perder aplastantemente. No me imagino como será para Mencía encontrar oponentes. Esto de mantener una reputación es más difícil de lo que creí. Contra Araceli los estudiantes me miraban con asombro, como si fuese un campeón quien estuviese combatiendo; pero con Brais ya era distinto, todo ese mito que se formó alrededor de mí ya empezaba a desvanecerse, creo que la mayoría apostaba a que perdería, y no los culpo, yo también llegué a creerlo. Solo podía concentrarme en no perder... 

Quaxwell: Qua-qua.

Florian: Lo siento, Quaxwell, pero no tengo ni idea de que significa qua-qua. Debería de hablar de esto con Mencía, seguro que ella puede ayudarme.

Aparentemente, al pokémon le molestó que cuestionasen sus habilidades como psicólogo y en represalia le lanzó agua a la cara de su entrenador. Él no tenía otra toalla a mano además de su propia camisa.

Florian: - Suspiró - Quaxwell, no quería ofenderte, pero cuesta mucho que nos comuniquemos con fluidez... Bueno, tú entiendes perfectamente lo que yo quiero decirte, pero a mí me es más difícil, ¿vale? Lo siento.

Quaxwel: ¡Well-quax! - Después de decirlo, asintió repetidamente.

Florian: ¿Eso significa que me perdonas? - Su pokémon asintió - ¡Genial! Mira, eso ya ha sido más fácil de entender. Tú sabes que es lo que me pasa últimamente en los combates, ¿verdad? ¿Por qué me cuesta tanto ganar? ¿Es porque simplemente no soy tan bueno como creía? - Su pokémon respondió negándole con la cabeza - ¿Entonces que es? Si sigo así no voy a poder ni con e-Nigma. No quiero perder...