Buscando En Las Paredes

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Para cuando cayó la noche, los hermanos ya estaban en Ciudad Meseta y aprovecharon para dormir en sus habitaciones de la academia. Al día siguiente continuaron su travesía y, después llegaron al Área 3 del sur. La zona era rocosa y la hierba poseía una tonalidad anaranjada que contrastaba con las praderas de las que venían. 

Juliana: - Pensando - Sólo espero que no nos encontremos con Damián antes de que Florian tome su propio camino. No sé como reaccionará después de ese primer encuentro que tuvimos.

Damián: ¡Eh! ¡Por aquí!

Florian: - Se giró al escuchar la voz y cerró un poco los ojos para ver mejor quien era - ¿Ese no es?

Juliana: - Pensando - Mierda.

Koraidon cambió de dirección hacia donde estaba Damián y tanto Florian como Damián se molestaron al ver al otro aquí.

Florian: ¿Este no es el que intentó quedarse con Koraidon?

Damián: Te dije que no trajeses a nadie.

Juliana no era capaz de explicarle a ninguno de los dos la situación. Las miradas de los dos chicos estaban enfrentadas y la tensión era palpable.

Juliana: Florian, creo que ya puedes irte a Pueblo Altamía.

Florian: No hasta que me digas que se supone que vais a hacer.

Juliana: - Pensando - ¿Cómo me deshago de él?

Damián: Lo que vayamos a buscar no es de tu incumbencia.

Florian: Así que vais a buscar algo. Juliana, yo no me fiaría de él.

Damián: Mira, pequeñajo, tu hermana ha decidido ayudarme y es lo que hay. 

Florian: ¡A quién llamas pequeñajo! ¿¡Y en qué se supone que te va a ayudar?! ¡Tú deberías de estar dando clases, no en la búsqueda del tesoro!

Damián: ¡¿Por qué no te metes en tus asuntos y vas a por tu estúpida medalla?!

Juliana: Suficiente...

Florian: - Estaban hablando tan alto que no escuchaban a Juliana - ¡¿Ahora es malo que me preocupe por mi hermana?!

Juliana: Suficiente...

Damián: ¡Deja que ella tome sus propias decisiones!

Juliana: ¡SUFICIENTE! - ya estaba cansada de esta discusión tan estúpida.

Florian: - Tragó saliva - Oh, no. ¿Dónde está Sprigatito?

Juliana: - Bastante enfadada - Lo mandé a por unas bayas, no tardará en volver.

Florian: Juliana, c-cálmate por favor. Sé que sin Sprigatito te es muy difícil, pero...

Juliana: Florian, vamos a buscar unas putas hierbas medicinales. ¡¿Te parece bien?! ¡¿Me das tu consentimiento?! ¡¿Quieres que llame a mamá y le pregunto?!

Florian: Y-Yo sólo estaba preocupado por ti... Claro que puedes hacer lo que quieras.

Juliana: Pues entonces, largo.

Florian: P-Pero...

Juliana: Largo.

Florian no puso más quejas y empezó a caminar lentamente hacia el camino. Con un movimiento de cabeza, Juliana le indicó a Damián que se subiese a lomos de Koraidon.

Damián: Un momen...

Juliana: Súbete, ahora.

Florian: Oye, Damián. Me sigues sin caer bien, pero no te odio, así que te daré un consejo: Hazle caso y no digas nada hasta que vuelva Sprigatito. Hablar a ella cuando se pone así es imposible.

Juliana: Yo le haría caso, Damián.

Él sólo tragó saliva y se subió a lomos de Koraidon. Fueron hacia el árbol donde Sprigatito estaba recogiendo bayas y había hecho un pequeño montículo con ellas. Al ver lo estresada que estaba su dueña, el pokémon empezó a restregarse por sus piernas y a ronronear.

Juliana: - Infinitamente más calmada - Muy bien hecho, pequeñín. No sé que haría sin ti.

Damián: ¿Ya estás más calmada?

Juliana: Sí. ¿Qué querías decirme antes?

Damián: Que el Klawf dominante no está donde yo lo vi.

Juliana: - Empezó a acariciar a Sprigatito intentando compensar la subida de estrés que acababa de recibir - Era de esperarse. Separémonos para buscarle.

Damián: Vale.

Ambos tomaron direcciones opuestas y empezaron a buscar a la Roca en el Muro. Juliana cubría mucho más terreno gracias a Koraidon. Pasó el tiempo y Juliana miraba en todos los muros sin encontrar nada. Llegó a una pequeña zona abierta y aprovechó para descansar acostada en Koraidon junto a Sprigatito. Los Rookidee y Nacli de alrededor no la molestaron en lo absoluto.

Juliana: - Pensando - Puede que me haya pasado un poco con Florian... Luego iré a Pueblo Altamía a pedirle disculpas. ¿Cómo es posible que nos sea tan difícil encontrar a un pokémon supuestamente gigante? Damián ya lo encontró hace tiempo. Espero que esas especias ocultas sean tan efectivas como dicen, pero sigo creyendo que el objetivo de Damián es otro. No sé si esto es una excusa para acercarse a mí y a Koraidon, si quiere las especias ocultas para otra cosa o si hay algo más que no me ha contado. No quiere quedarse con Koraidon, eso está claro. ¿Tendrá algo que ver con su curiosa situación familiar? Que su madre esté siempre en el Área Cero tiene que ser difícil. No termino de fiarme del todo, pero si quiero descubrir que quiere y obtener esas especias ocultas, tendré que hacerme la tonta por el momento. Ahora que lo pienso, no le he preguntado por ese tal Ferropaladín. Parece más una máquina que un pokémon.

Juliana dejó de darle vueltas a todo y se relajó observando a los pokémon de la zona. Uno de ellos llamó su atención rápidamente. Era un Litleo que jugaba con una baya como si fuese una pelota.

Juliana: - Pensando - Se ve tan inocente jugando. ¡Es monísimo! Y cuando evolucione será un majestuoso Pyroar. Creo que ya va siendo hora de incorporar un tercer miembro al equipo y así tendré más variedad para enfrentar a los dominantes. 

Juliana se levantó y regresó a Koraidon a su pokeball y empezó a caminar hacia el Litleo. El pokémon terminó viéndola, pero no hizo ninguna intención de atacarla, pero retrocedió y se preparó para pelear cuando sacó una pokeball para capturarlo. Juliana No tuvo de otra que sacar a Nieve a combatir.

Nieve atacó con sorpresa, potenciado por su habilidad experto, impidiendo que Litleo atacase. Nieve ahora usó mordisco antes de recibir un ascuas. Juliana le lanzó una pokéball y logró capturarlo. Nieve se giró hacia su entrenadora y esta le acarició la cabeza para mostrar su gratitud.

Juliana: Lo has hecho muy bien. Experto es mejor habilidad de lo que me imaginaba.

Después de eso, sacó a Litleo y le dio una de sus pociones para que se recuperase. Después de eso, el pokémon dejó que le acariciase sin oponer resistencia.

Juliana: Veo que no me guardas rencores, ¿eh Litleo?... Litleo... Litleo... ¿Qué te parece si lo abreviamos y te llamo Leo? Como eres macho, te queda de maravilla.

El pokémon parecía contento, así que a partir de aquel momento Juliana empezó a llamarle Leo.

Tras esa pausa, retomó su búsqueda de la Roca en el Muro. Damián en ningún momento la había llamado, por lo que él tampoco estaba teniendo éxito. Tras mucho buscar, Juliana encontró una pared ligeramente agrietada. Se acercó y miró a través de la grieta, dándose cuenta de que dentro había una cueva de tamaño considerable. Mientras la estudiante se preguntaba como entrar a la cueva, escuchó un gran estruendo detrás de ella acompañado por una ráfaga de viento y polvo. Al girarse, pudo ver a un Klawf de tamaño muy superior al común. Algo asustada, sacó su SmartRotom para llamar a Damián.

Damián: ¿Le has encontrado?

Juliana: Mas bien me ha encontrado él a mí.

Damián: Pásame tu ubicación y voy para allá. Aguanta hasta entonces.

Juliana: Vale. 

La llamada finalizó y Juliana agarró una de sus pokeballs, preparándose para el inevitable combate.

Un Tesoro al que Llamar Mío (Pokémon Escarlata Y Púrpura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora