El Réquiem Del Team Star

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Juliana entró a la base del Escuadrón Segin con paso firme, seguida de Damián, a lomos de Koraidon debido a su incapacidad de apoyar el pie. Lo primero que hizo fue mirar a sus alrededores; ya habían varios pokémon preparados para combatir y los reclutas sostenían los pokeballs sin quitarle el ojo de encima a la invasora. Eran muchos más que dos días atrás, principalmente por ser domingo.

Juliana sacó a sus únicos tres pokémon, sin contar a Koraidon quien no combatía, y en secreto agradeció que tres fuese justamente el número máximo de pokémon que se podía utilizar. 

Juliana: - lo dijo en voz alta, pero como un susurro, solo para sí misma - Te salvaré, Sprigatito. Pase lo que pase, volveremos a estar juntos.

La mirada de los reclutas, que cualquier otro día la hubieran incomodado, en aquel momento la irritaron mucho. Estaba esperando a que empezase la Lluvia de Estrellas, pero solo la estaban mirando.

Juliana: ¡¿Empezamos de una vez o vais a tenerme todo el día esperando?!

Los reclutas se miraron entre ellos, confundidos.

Damián: Creo que estaban esperando a que tú empezases, Juliana.

Algunos simplemente levantaron sus hombros y unos cuantos pokémon de tipo siniestro se lanzaron al ataque a la vez que empezó a sonar una canción a todo volumen desde los altavoces.

Spring se lanzó contra un un pequeño grupo de Sandile y los despachó con suma facilidad. Por su parte, Leo arremetió contra un grupo de Pawniard, manteniendo un encuentro reñido, pero con un par de golpes bien dados logró que se retirasen con sus entrenadores. Juliana se relajó al ver lo bien que todo estaba yendo, pero un enorme grupo de Nymble estaban dejando gravemente dañado a Spring y era incapaz de deshacerse de ellos.

Juliana: ¡Leo, ves a ayudar a...!

La joven se calló de inmediato al ver a Leo enfrentarse a unos cuantos Murkrow y Sneasel.

Juliana: ¿Por qué le está costando tanto si por lo menos tiene ventaja de tipos contra Sneasel?

Damián: Fíjate, Juliana.

Juliana: ¿En qué?

Damián: El plumaje de la cabeza de los Murkrow es muy corto, igual que la oreja roja de los Sneasel. 

Juliana: ¡¿Entonces son hembras?!

Damián: Sí, por eso le está costando tanto.

Juliana: Míralo que galán, conteniéndose contra las damiselas - en su sarcasmo también había bastante molestia.

La habilidad rivalidad de Leo era el problema aquí, porque tiene la desventaja de disminuir la potencia de sus ataques contra pokémon del género opuesto. Juliana empezó a buscar muy nerviosa a Nieve para que fuera a darles apoyo a sus compañeros, pero no lo encontraba por ningún lado, asustándose bastante.

Juliana: - pensando - ¿Lo habrán derrotado ya? No, no puede ser eso... Tiene que haberse metido por algún lado.

La joven miró a sus alrededores, encontrando a su Meowth durmiendo tranquilamente a pesar de todo el ruido.

Juliana: - agarró a su pokémon por el pescuezo muy enfadada - ¡¿Tú crees que este es momento de dormir?! ¡Sal a combatir ahora mismo!

El pokémon se liberó del agarre y se alejó para limpiarse las patas lamiéndolas, ignorando por completo las órdenes de su entrenadora. Damián se acercó a lomos de Koraidon y la montura se agachó para que él pudiera susurrarle algo al oído al felino. Nieve antes que nada dejó salir un bostezo y después miró a su entrenadora con algo de pena, pero también molestia por tener que salir a combatir.

Un Tesoro al que Llamar Mío (Pokémon Escarlata Y Púrpura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora