Motivos

18 2 9
                                    

Alto Mando: ¡¿Se puede saber que teníais en mente?! 

Damián, Juliana y Spring agachaban la cabeza sentados mientras el "hombre" de pelo verde les echaba la bronca. 

Hesperio: Vamos, Caye, no seas tan dura con ellos. Deja que yo me encargue, no dejan de ser mis alumnos. 

Cayena: Como quieras, pero déjales claro que lo que han hecho está mal.

Hesperio caminó hasta sus alumnos y colocó una mano en el hombro de cada uno.

Hesperio: ¿Estáis bien?

Damián: Sí...

Hesperio: Me alegra oír eso. ¿Y qué tal vuestros pokémon?

Su primera reacción fue mirar a Ferropaladín. El guerrero metálico yacía completamente inmóvil en la arena, con toda sus luces apagadas. Cayena se acercó y le dio algunas patadas para ver si se levantaba, sin éxito.

Cayena: El cacharro este no se mueve. 

Hesperio: Tampoco parece tan dañado. Seguro que se pondrá bien. ¿El resto están bien?

Damián: Hay uno... Pero ya debería de estar en el centro pokémon. Utilizamos a nuestro pokémon más veloz para llevarlo.

Hesperio: Oh, bien hecho.

Cayena: ¡De bien hecho nada! ¡No deberían de haberse enfrentado a este bicho de primera! 

Hesperio: - Susurrando - No le hagáis caso. De normal no es así, solo se pone muy seria para trabajar. Y está mosqueada conmigo por no haber venido antes.

Cayena: ¿A qué viene tanto cuchicheo?

Hesperio: Chicos, ¿sois conscientes del peligro que supone este Donphan raro? - Los tres asintieron al unísono - Si sabíais que era tan peligroso, ¿por qué lo habéis hecho?

Juliana y Damián se miraron pensando en que contarles. Ella confiaba plenamente en que su compañero se inventara alguna excusa, pero no se le ocurría nada convincente. Ya solo quedaba apelar a la sesibilidad del profesor.

Damián: Mi pokémon está enfermo, muy enfermo. Llevamos ya un tiempo buscando las especias ocultas, una medicina que suelen proteger pokémon enormes que ese. No hay nada más que pueda ayudarle, así que teníamos que venir antes que la Liga Pokémon se la quedara. Ella también tiene a un pokémon con algunos problemas.

Tras escuchar la declaración de Damián, los ojos del profesor se empañaron y levantó la cabeza a la vez que se tapaba la cara con la mano. Cayena solo suspiró resignada.

Hesperio: ¡Buaaaaa! - Los jóvenes no se esperaban ver a su profesor llorar de esa forma - ¡¿P-por gue no nos lo dijiste antes?!

Cayena: Así ya no se puede echar una bronca.

Hesperio: ¡¿Y gué guieres gue haga?! No lo buedo evidar...

Cayena: Pues eso. Que os habéis puesto en un peligro innecesario y que no lo volváis a hacer. Ale, ya nos veremos.

Damián: Pero la especia...

Cayena: ¡Uy! No os vayáis todavía. ¡Si cuando cogéis las especias os lleváis todo, no crecerá más!

Damián: Las replantamos.

Cayena: Oh... Y yo en plan "estos no tienen ni idea de lo que hacen", pero resulta que sois unos máquinas de la jardinería. Seguid así. 

Juliana: - Pensando - Que cambio.

Cayena: Esas plantas son muy quisquillosas y no crecen en cualquier sitio. 

Damián: ¿Cómo es que sabéis tanto de las especias ocultas?

Un Tesoro al que Llamar Mío (Pokémon Escarlata Y Púrpura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora