𝐄𝐏𝐈𝐒𝐎𝐃𝐈𝐎 𝐃𝐈𝐄𝐂𝐈𝐒𝐄́𝐈𝐒

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Conflictos.

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DÍA DOS.

“—¡M-me gustas…! Me gustas, Na-Yeon —solté de repente, pero mi voz temblorosa apenas logró pronunciar su nombre.

Tan pronto como escaparon esas palabras de mi boca, el coraje que había acumulado durante meses de una amistad floreciente, que nos había vuelto inseparables, se desvaneció como arena entre mis dedos. Un torbellino de emociones me invadió cuando finalmente me di cuenta del significado de mis palabras frente a Na-Yeon.

Mis ojos se abrieron de par en par.

La realidad de lo que acababa de hacer me golpeó fuerte como un bate, llenándome de incertidumbre. Un escalofrío de nerviosismo recorrió mi cuerpo mientras mi mente se inundaba de dudas y ansiedad.

¿Había sido demasiado impulsivo al revelar mis sentimientos de manera tan repentina? Sin duda lo fui.

¿Había arruinado nuestra amistad al hacer esa confesión? Oh, por favor, que no sea así.

«Mierda… ¿Qué demonios hice?» Me pregunté, sintiendo que había cometido la peor travesura de mi vida. Un sentimiento de arrepentimiento y temor se apoderó de mí, haciéndome cuestionar si había arruinado todo lo que teníamos.

¿Cómo podría explicarlo? Estábamos en nuestro primer año juntos como compañeros de clase, nos conocíamos desde hacía varios meses y habíamos formado una amistad; Pero había algo más, algo que sentía por ella y que no podía contener más.

Después de las clases, la acompañaba a su casa y, frente a los departamentos, en un ambiente de risas que parecía perfecto, un repentino impulso se apoderó de mí. Reuní todo el coraje que había acumulado en toda mi vida y me dispuse a declararme.

Mi corazón latía con fuerza en mi pecho, como si estuviera a punto de explotar. Mis manos temblaban de nervios, incapaces de encontrar tranquilidad, y el sudor comenzaba a recorrer mi frente. ¿Estaba mi rostro enrojecido? Era muy probable.

También sentía una gran vulnerabilidad en ese momento.

¿Qué sucedería ahora? ¿Cómo reaccionaría Lee Na-Yeon ante mis palabras?

En ese instante, deseé poder retroceder en el tiempo y controlar mis palabras. ¿Por qué no fui más cauteloso? Debí haberme detenido y considerado todas las posibilidades antes de hablar. No esperaba que mi boca suelta tomara el control y no me hubiera tomado el tiempo suficiente para planificar cuidadosamente este momento.

«Maldita lengua suelta que tengo», maldije en silencio, lamentando mi falta de prudencia.

Se supone que la confesión no debía ser así, esto no era lo que había imaginado. Pero en ese momento, sentí que era un momento único que no podía desperdiciar, ¡lo juro! Aunque ahora dudo si valió la pena… No quiero que me odie y perder todo lo que hemos construido juntos.

Sin embargo, mi terquedad sigue intacta en lo más profundo de mi ser, porque no puedo negar la intensidad de mis sentimientos hacia Lee Na-Yeon. Ella me gusta. He llegado a un punto en el que ya no puedo ocultar lo que ella provoca en mi corazón. Aunque el miedo y la incertidumbre me consumen, también hay una pequeña chispa de esperanza ardiendo dentro de mí.

El momento de silencio que sigue a mi confesión parece una eternidad. En ese silencio, la observo atentamente, pendiente de cada detalle sobre ella y su respuesta. Cada segundo se alarga y mi mente se llena de mil escenarios posibles.

𝐑𝐄𝐒𝐈𝐋𝐄𝐍𝐂𝐄 [Choi Nam-Ra]Onde histórias criam vida. Descubra agora