𝐄𝐏𝐈𝐒𝐎𝐃𝐈𝐎 𝐃𝐎𝐒

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Cerezos.

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(Saltó de
tiempo:
Antes y después)

Tres días antes.

El sonido de un motor rugió cerca de mí.

«Motor ruidoso», pensé, incómodo, por lo fuerte que sonaba. ¿Por qué la persona que conducía tenía que hacer tanto ruido? Había gente alrededor a la que no le gustaba ese escándalo, yo era uno de ellos.

—¡Oye, Seung-Ho! —mi nombre fue dicho en voz alta.

Aparté la vista de los árboles de hojas verdes que daban sombra al parque, donde estaba sentado en un columpio, y la dirigí en la dirección de donde provenía mi nombre.

A unos metros de mí se encontraba un motociclista de aspecto hortera, con solo ver su forma de vestir mi mente comenzó a divagar por los diferentes escenarios que podrían haber ocurrido en la escuela.

—¡Kang Seung-Ho! —repitió mi hermano, sin levantarse del asiento de su moto y agitando ambos brazos.

Suspiré. Poniéndome de pie, tomando mi mochila y caminando hacia el dueño de dicha motocicleta ruidosa: Mi hermano mayor, Kang Yoon-Seung.

—¡Mueve tu trasero, rápido! —exige, fastidiado.

No me inmuté ante su tono exigente y me tomé mi tiempo para llegar hasta él.

—¿Qué sucedió, Hyung? —le interrogué, cuando estuve frente a su motocicleta. La ansiedad me recorrió de pies a cabeza—. ¿Lo hiciste? ¿Qué pasó?

—“Profesora Kim, he venido aquí en nombre de mi hermano menor, Kang Seung-Ho, para informarle que ha cogido un resfriado horrible: fiebre, tos, dolor de garganta, congestión nasal, dolores musculares, dolor de cabeza y fatiga” —enumero cada uno con sus dedos—. “Así que es vergonzoso para él no poder presentarse a clases hoy. Se disculpa por las molestias ocasionadas.”

Sabía que esas eran las palabras que había usado antes en mi colegio, pero eso no era lo que realmente me importaba.

—¿Qué? ¿Cómo pudiste decir algo así?

—¿Qué tiene?

—¡Se supone que debo volver a la escuela mañana! Un resfriado así dura una semana o dos —quise darme un golpe en la frente—. La profesora se dará cuenta de que fue una mentira.

—Oye, relájate. Solo tú te preocupas por algo así.

Ignoré sus palabras. Ya buscaría un pretexto para dar a la maestra después.

—¿Y qué dijo la profesora?

Me desesperé al ver a Yoon-Seung actuando tan indiferente, «como siempre», mientras quitaba el casco extra que colgaba del volante y me lo entregaba.

—Nada.

—¿Nada? ¿Y qué significa eso?

Mi hermano suspiró cansado.

—Que no hubo problema. Se creyó toda tu mentira y dijo que esperaba que te recuperaras pronto, al parecer te estima mucho —¿su tono parecía sarcástico? Eso era raro en mi hermano —. Ahora toma el estúpido casco y sube.

Esperaba que Yoon-Seung en serio estuviera siendo sincero con lo que estaba diciendo, ya estaba lo suficientemente avergonzado como para faltar a clases solo un mes después del comienzo del año escolar y enviar a mi hermano a mentir sobre mi ausencia mientras me escondía en un parque; No quería que la maestra se enterara de mis verdaderas acciones y me metiera en problemas con ella o, en el peor de los casos, se lo contara a mis padres.

𝐑𝐄𝐒𝐈𝐋𝐄𝐍𝐂𝐄 [Choi Nam-Ra]Onde histórias criam vida. Descubra agora